La CE aprueba un borrador de presupuesto para 1987

El abandono de España y Grecia del frente de países mediterráneos, que se había mantenido unido contra las posiciones de las naciones del norte, permitió al Consejo de Ministros de la Comunidad Europea (CE) aprobar ayer por mayoría un borrador del presupuesto para 1987. Este borrador prevé un incremento del 2,3% y asciende casi a 311.000 millones de unidades de cuenta europea (ECU), 4,94 billones de pesetas.Tras 21 horas de discusión, los titulares de Hacienda de los doce acordaron en la madrugada de ayer aumentar el gasto agrícola -que representa el 154% del presupuesto- en un 3,8%, lo que supone una Victoria relativa de los miembros septentrionales y ricos de la CE, que se mostraban partidarios de privilegiar esta partida presupuestaria.

Descontentos por los escasos recursos (4.978 millones de ECU) para los fondos regional y social, cuyas ayudas atenúan las diferencias de desarrollo entre los doce, dos Estados pobres, Portugal e Irlanda, votaron en contra, mientras Italia prefirió abstenerse para "conservar un mayor inargen de maniobra en el Parlamento Europeo", según explicó su subsecretario del Tesoro, Carlo Fracanzani.

La asamblea parlamentaria de Estrasburgo, que empezó ayer mismo a estudiar el borrador del Consejo, tiene, ahora la posibilidad de incrementar los gastos no agrícolas, entre los que figuran ambos fondos, en 346 millones de ECU.

Reserva para España

El cambio de postura de España fue logrado por el actual presidente del consejo ministerial, el británico Peter Brooke, mediante la creación de una reserva excepcional de 100 millones de ECU, que le serían otorgados en caso de necesidad para evitar que, en contra de lo estipulado en el Tratado de Adhesión, sea contribuyente neto en 1987 a las arcas comunitarias.

La mencionada reserva está en principio destinada a los dos nuevos miembros de la CE, pero como Portugal puede dar por segura su neutralidad financiera, sería en definitiva totalmente puesto a la disposición de España, según afirmó ayer ante la prensa José Borrell, secretario de Hacienda, que encabezó la delegación española.

Grecia fue finalmente seducida mediante la obtención de 50 millones de ECU para su política agrícola mediterránea. Esta concesión la obtuvo, según Borrell, gracias al compromiso español de no aprobar el proyecto presupuestario mientras no se diese satisfacción a esta reivindicación helena.

Visiblemente satisfecho por el resultado de la discusión, Borrell desmintió que su actitud hubiese supuesto "la ruptura de la unidad del frente sur", a pesar de que "estuvimos sometidos a muy duras presiones. A algunos de nuestros interlocutores les costaba entender que no defendiésemos exclusivamente nuestros intereses".

La coordinación entre el núcleo principal del frente sur -integrado por España, Grecia e Italia- llegó a tales extremos que las tres delegaciones pidieron entrevistanse conjuntamente con el presiderite británico para evitar "ser compradas o divididas" en las reuniones bilaterales.

"Los mediterráneos hemos dejado muy claro que estas negociaciones ya no funcionarán más como antes", insistió Borrell, quien indicó que la abstención italiana obedecía a motivaciones tácticas y el voto negativo portugués era "inexplicable". "En nuestro bando", concluyó, "el único perjudicado es Irlanda, y en el de enfrente el Reino Unido".

Tras una primera lectura, el Parlamento Europeo devolverá el proyecto de presupuesto al Consejo de Ministros, que a su vez someterá en diciembre a la asamblea de Estrasburgo una segunda y última versión del texto.