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Nueva 'ofensiva diplomática' española en Oriente Próximo, coincidiendo con momentos de maxima tensión en la zona

Francisco Fernández Ordóñez Negó en la tarde de ayer a El Cairo, para iniciar la segunda fase de la ofensiva de verano de la diplomacia española en Oriente Próximo. El ministro de Asuntos Exteriores presidirá hoy una reunión de los embajadores españoles en la región y se entrevistará con su homólogo egipcio, Esmat Abdel Meguid. Mañana iniciará una visita oficial de tres días a Israel, la primera que efectúa a ese país un miembro del Gobierno español desde el establecimiento de relaciones diplomáticas, el pasado mes de enero.

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Ayer tarde, a su llegada a El Cairo, el ministro calificó de "salvajes" los últimos atentados terroristas de Karachi y Estambul y condenó el terrorismo, "cualquiera que sean las razones que intenten justificarlo". Fernández Ordóñez rechazó la posibilidad de que estos atentados y la tensión existente en Oriente Próximo alteren el programa de sus visitas a Egipto e Israel.El actual viaje de Fernández Ordóñez a la región se complementará con el que realizará a Jordania en octubre, y tiene su antecedente importante y reciente en la visita a Siria del 24 al 26 de agosto pasado.

Los atentados terroristas de los últimos días en Karachi y, sobre todo, la matanza en una sinagoga de Estambul, donde fueron asesinados 23 judíos, ha elevado peligrosamente la tensión en la zona, donde se temen actos de represalia israelíes, y, quizá, norteamericanos. En Israel (la etapa este viaje de más importante de este viaje de Fernández Ordóñez), el atentado de Estambul ha colocado al Gobierno de unión nacional al borde de la crisis unas semanas antes del relevo del primer ministro Simón Peres por Isaac Shamir. Peres recibirá al ministro español mañana, martes, en Jerusalén. Ese mismo día, Fernández Ordóñez se reunirá con Isaac Shamir, el ministro de Relaciones Exteriores israelí, y próximo sucesor de Peres:

Mientras tanto, a la vera del río Nilo, en la cancillería española en la capital egipcia, seis embajadores y un cónsul general intercambian informaciones y opiniones sobre sus actividades en Oriente Próximo. Son los embajadores de España en Egipto, Siria, Libano, Israel, Irak y Jordania y el cónsul general en Jerusalén. Jorge Dezcallar, director general para Africa y Oriente Próximo, presidió ayer la primera sesión de trabajo.

Dezcallar atribuyó a los acontecimientos internos españoles de los últimos meses ("la entrada en la Comunidad Europea, el referéndum sobre la OTAN y las elecciones legislativas") el que desde el establecimiento de relaciones diplomáticas con Israel, el pasado enero, la diplomacia española no hubiera desarrollado una actividad tan intensa en Oriente Próximo corno la de este final de verano. El director general informó que la política española en la región sigue las directrices de la declaración efectuada el pasado 17 de enero, al anunciar el establecimiento de relaciones con Israel. Dicha declaración reafirma la amistad de España con el mundo árabe y su apoyo a los derechos del pueblo palestino. España, según Dezcallar, es, junto con Italia y Grecia uno de los miembros de la Comunidad Europea más sensibles a las posiciones árabes y más independientes respecto a la política de EE UU en Oriente Próximo. El Reino Unido, la República Federal de Alemania y Dinamarca se encuentran en el otro extremo, mientras Francia parece más vacilante.

"España", declaró, "es partidaria de que Europa elabore un nuevo documento sobre el conflicto de Oriente Próximo, puesto que el último, la llamada declaración de Venecia, es de 1980, y desde entonces han pasado muchas, muchísimas cosas".

Relaciones hispano-egipcias

De estos temas, y también de cuestiones de funcionamiento, hablaron ayer los seis embajadores y el cónsul general. Fernández Ordóñez se incorpora hoy a su segunda y última sesión de trabajo, y también debe entrevistarse con su colega egipcio, Esmat Abdel Meguid. Aunque ese encuentro no es oficial, es de suponer que ambos ministros hablarán de cuestiones bilaterales, la más importante de las cuales es la deuda que Egipto tiene contraída con España.Egipto, un país de 50 millones de habitantes, de los que al menos 14 viven en esa ciudad histórica, polvorienta y caótica que es El Cairo, sufre una pavorosa crisis económica. La disminución de las rentas procedentes de sus trabajadores emigrantes en los países petroleros y del turismo, asustado por los actos terroristas en la región, han colocado al más populoso país árabe al borde de la suspensión dé pagos.

A principios de esta década, España le concedió créditos por un valor global de unos 1.200 millones de dólares (unos 160.000 millones, de pesetas). En la actualidad, la cifra de cantidades vencidas e impagadas se eleva ya a unos 400 millones de dólares (53.000 millones de pesetas).

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