A El Inclusero le echan un toro al corral

El Inclusero no pudo o no quiso matar a su primer enemigo, que fue devuelto al corral después de que sonaran los tres avisos reglamentarios. Es posible que pasara factura al pueblo de Colmenar, donde lleva residiendo largos arlos. Y es que a El Inclusero no le han tratado nunca bien en ese coso, donde le han llovido insultos y malos deseos. El público, ayer, no quiso ni ver al toro que abría plaza en ningurio de los tercios, montando un auténtico mitin. Se le veía, no obstante, al Inclusero, pasota y tranquilo -a pesar de los consejos de Dámaso González-, lo que provocaba nuevas oleadas de insultos entre los espectadores. Intentó sacarse la espina en el cuarto, al que lanceó con los pies juntos de forma extraordinaria y creando lo único bello de la tarde. Pero, a pesar de que con la muleta se la jugó, fue incapaz de sacar al toro de su querencia en tablas.El resto de la corrida transcurrió entre aburrimiento y sopor, a pesar de que Dámaso González estuvo profesional y poderoso -con poca entrega- y de que Luis Cancela, que torea muy poco, actuó con dignidad y apuntó cosas interesantes.