Los Ministros cristianos y musulmanes de Líbano pactan una tregua e inician un diálogo nacional

El Gobierno libanés, reunido ayer al completo por primera vez en nueve meses, proclamó una tregua en todos los frentes de batalla que dividen el país. Esta decisión y el hecho de que ministros cristianos, drusos, shiíes y suníes se hayan sentado en torno a una misma mesa para iniciar un diálogo nacional han insuflado cierto optimismo en la población civil. La reunión estuvo rodeada de impresionantes medidas de seguridad.

El shá Nabih Berri, el druso Walid Jurriblat, el suní Rachid Karame, el cristiano liberal Camille Chamun, el cristiano falangista Joseph Hachem, el prosirio Abidallah Racy y el resto de los componentes de esa institución fantasmal llamada Gabinete de Unión Nacional de Líbano, se entrevistaron en un punto considerado neutral, el que fue hipódromo de Beirut, en plena linea verde o frente que divide en de la ciudad.Muchos de los que ayer se reunieron en lo que pudorosamente no se denominó Consejo de Ministras, sino Comité de Diálogo Ministerial, aúnan a su condición de políticos la de líderes de organizaciones milicianas, de algunos de esos pequeños ejércitos que, desde hace 11 años, se combaten ferozmente a lo largo de este país.

Siria ha presidido desde el fondo del escenario la reunión del comité de diálogo ministerial. Un creciente consenso universal atribuye a ese país el papel de árbitro de la situación libanesa. El pasado sábado, el presidente sirio, Haflez el Asad, apoyó la celebración de la reunión de los ministros libaneses.

Berri, Karame, Jumblat, y los otros dirigentes del bando oeste o musulmán despacharon, a finales de la pasada semana, en Damasco con el vicepresidente Abdel Jalim. Jadham. De modo más discreto, el bando este o cristiano también recibió la doctrina siria. Ésta pretende recuperar el llamado Acuerdo tripartito de Damasco, firmado el pasado 28 de diciembre por los jefes de las principales milicias libanesas. Dicho acuerdo no prosperó en su día por la oposición del presidente libanés, el cristiano Amin Gemayel, del actual hombre fuerte de la organización paramilitar cristiana, Amin Geagea.

Hafez el Asad ha declarado en varias ocasiones que está dispuesto a aceptar que se enmiende ese acuerdo siempre que se respeten algunos puntos que considera cruciales. Éstos son, en resumen, la abolición del sistema político confesional que otorga sistemáticamente a los cristianos la presidencía de la República y otros puestos decisivos del Estado libanés; el reconocimiento de que Líbano debe mantener "relaciones privilegiadas" con Siria y su reafirmación como "país árabe", y la continuación del combate contra la ocupación por Israel de una parcela del sur del país.

De estos temas empezaron a hablar ayer los ministros reunidos en la antigua sala de apuestas del hipódromo. Por el momento se limitaron a enumerarlos, a elaborar un calendario para nuevos encuentros y a proclamar una tregua general en el país.