Los diputados argentinos aprueban por gran mayoría la ley de divorcio

La Cámara de Diputados del Parlamento argentino aprobó la noche del martes, por gran mayoría, la nueva ley de Matrimonio Civil, que legaliza el divorcio vincular, al incorporarlo al Código de Familia, a pesar de la oposición de la Iglesia de Argentina. El proyecto pasa ahora a la Cámara de los Senadores, que dispone de un mes para discutirlo antes de que concluya el período ordinario de sesiones.El proyecto de ley fue elaborado conjuntamente por legisladores de la gubernamental Unión Cívica Radical -mayoritaria en el Congreso-, del Movimiento Justicialista (peronista) y del Partido Intransigente. En la votación hubo 177 votos a favor y 35 en contra.

La presión de la Iglesia ha ido aumentando durante el transcurso de los debates parlamentarios. Algunos obispos y grupos católicos conservadores intentarán retrasar la aprobación definitiva de la ley hasta después de la visita del papa Juan Pablo II a Argentina, en abril próximo.

El presidente de la Comisión sobre la Familia del episcopado argentino, Emilio Ogñenovich, declaró: "Los diputados han exhibido la altura intelectual de unos aprendices de monaguillo". Además restó valor al voto porque, dijo, "según las mayorías y minorías, tendríamos que aceptar que Barrabás era inocente y Jesucristo fue culpable".

Los diputados reaccionaron a¡radarnente y un representante de la mayoría radical se preguntó: "¿Dónde estaban algunos obispos cuando la dictadura secuestraba a miles de jóvenes, les torturaba hasta la muerte y hacía desaparecer sus cuerpos arrojándolos al mar o enterrándolos en fosas comunes. ?¿O es que la represión no atentó contra la familia?".

El martes, cuando los diputados se disponían a votar la ley, la Agencia de Informaciones Católicas (AICA) distribuyó una nota atribuida al Secretariado Permanente para la Familia de la Conferencia Episcopal en la que acusaba a los legisladores de "manipular" las cifras que dan las encuestas a favor del divorcio. La nota concluía así: "Si insistimos en el cambio de la ley deberíamos pronto admitir el matrimonio de los homosexuales, porque si cada uno es libre para elegir el matrimonio que quiera en nombre del pluralismo vamos directamente y a corto plazo al amor libre".

Reñido debate en el Senado

La estrategia de la Iglesia se centra ahora en el debate del Senado. Tratará de retrasar al máximo la aprobación de la ley. Se espera que la votación en la alta Cámara sea reñida, debido a la decisión de los diversos partidos de dejar a sus representantes que voten en conciencia.

De rechazarse en el Senado, el proyecto volvería a la Cámara de los Diputados y no sería debatido hasta mayo de 1987.

El proyecto de ley mantiene la posibilidad de la separación de los cónyuges, sin que ello implique la disolución del vínculo, tal como establece la ley vigente, de 1888. La sentencia de separación podrá convertirse en divorcio después de un año si ambos cónyuges están de acuerdo, o de tres si sólo es solicitada por uno de ellos.