Venezuela quiere cobrar impuestos por los beneficios obtenidos en el exterior

El Gobierno venezolano ha presentado ante el Congreso, para su consideración, un conjunto de reformas fiscales, entre las que destaca, por su trascendencia a nivel internacional, el establecimiento de un impuesto sobre la renta percibida en el exterior por los venezolanos y extranjeros domiciliados en Venezuela. Con la aplicación del impuesto sobre los beneficios obtenidos en el exterior, Venezuela dejará de ser un paraíso fiscal para todos los que sacaron libremente grandes sumas de capital derivadas de la bonanza petrolera y la falta de control.

El gravamen al enriquecimiento externo afecta a varias fuentes, todas ellas de orden pasivo: intereses ganados sobre cuentas de ahorro y depósitos a largo plazo, dividendos por arrendamientos de inmuebles y propiedades, ganancias de las acciones en empresas, el producto de fideicomiso u otro esquema de organización de capital como los trusts, la cesión de bienes y herencias y toda la participación en grandes capitales.El sistema que propone el Ministerio de Hacienda es el siguiente: del total de la renta obtenida se descuenta el 65% por gastos, costes e impuestos causados en el extranjero, y el 35% restante se gravará en Venezuela con el 40%. Al final la fiscalidad para estas rentas será del 14%.

Venezuela es uno de los Pocos países que todavía se rigen por el principio de la territorialidad del gravamen. Pero debido a la gran salida de capitales (la fuga de divisas asciende a 35.000 millones de dólares) y al déficit presupuestario producido por la caída de los ingresos petroleros, se ha visto en la necesidad de reformar, su sistema tributario, con lo cual en parte busca aumentar su recaudación fiscal y además frenar la salida de inversiones al exterior. La medida se inspira en la práctica de los países desarrollados de acogerse al principio de la renta mundial, que grava a los contribuyentes locales aunque su enriquecimiento provenga de cuentas extraterritoriales.

La Dirección de Rentas de Hacienda señala que este sistema tributario lo aplican los países de la OCDE, la CE, entre ellos España e Italia, y últimamente con bastante éxito, México, Brasil y Argentina.

Los mecanismos de control y seguimiento de la declaración del impuesto sobre la renta externa serán poco rigurosos, dejando Hacienda que la mayor parte de los ingresos los reconozcan los contribuyentes. Al tiempo, el Gobierno venezolano iniciará negociaciones con otros países para firmar convenios bilaterales, a fin de permitir el intercambio de información, evitar la evasión de impuestos y la doble tributación.

Por ahora, Venezuela solamente tiene convenios tributarios con los integrantes del Pacto Andino. Pero no es en la subregión donde los venezolanos han trasladado sus inversiones, sino en Estados Unidos y Europa. Ejemplo de esto es la colocación de capitales del famoso grupo económico venezolano Cisneros en España, en las tiendas Galerías Preciados, además de sus inversiones en Centroamérica y República Dominicana, que de ahora en adelante tendrá que rendir cuenta de sus ganancias al fisco venezolano.

Otro objetivo de la medida apunta a desestimular las inversiones que las colonias de inmigrantes españoles, portugueses e italianos realizan desde Venezuela en sus países de origen. Hacienda sabe que es difícil llevar un control de las operaciones financieras externas, especialmente cuando las declaraciones de los contribuyentes son voluntarias, pero mediante los acuerdos tributarios bilaterales podrá solicitar a otros países intercambio de información.