La actitud de Iturbe de negociar sólo 'la alternativa KAS' fue decisiva para deportarle con el beneplácito español
Txomin Iturbe Abasolo, dirigente de ETA deportado a Gabón, se negó, mientras estuvo detenido en Francia, a comprometerse en declaraciones, siquiera infórmales, que certificaran, sin limitarse a la alternadya KAS, la supuesta voluntad negociadora de ETA. Esta actitud decidió finalmente a las autoridades francesas, de conformidad con el Gobierno español, a expulsarle. Los servicios de información siguieron puntualmente, "como era su obligación", los contactos mantenidos en junio y julio pasados por el intermediario que sirvió de enlace entre el Gobierno y el propio Txmomin Iturbe, según fuentes del CESID.
Fuentes consultadas por este periódico aseguran que el presunto máximo dirigente de ETA Militar acogió, con incredulidad primero y cólera después, la comunicación de que iba a ser expulsado de Francia. Las mismas fuentes indican que, al conocer su inminente expulsión, Txomin transmitió a su esposa este mensaje: "Haced todo lo posible, lo que sea, para evitar que me saquen de Francia".De acuerdo con este testimonio, la insistencia de las autoridades francesas en recabar una definición de Iturbe fue, en parte, motivada por las gestiones que el Gobierno vasco y el Partido Nacionalista Vasco (PNV) realizaron en. esas fechas en el intento de evitar la expulsión de Francia del presunto dirigente máximo de ETA.
Aval de negociación
Se afirma que el mismo día en que se entrevistó secretamente con Felipe González, el lendakari José Antonio Ardanza transmitió al embajador francés en Madrid la idea de que Txomin Iturbe constituye el elemento clave de una eventual salida negociada de ETA Militar. El embajador francés rnanifestó al lendakari que las autoridades de su país tratarían de lograr del presunto máximo dirigente de ETAm un gesto o una simple declaración que . avalara esa pretendida actitud negociadora que envuelve la figura de Iturbe.
El Gobierno español estuvo. en todo momento informado del resultado de los intentos de recabar de Iturbe un compromiso negociador. El etarra se negó a suscribir otra propuesta negociadora distinta de la alternativa KAS [que incluye el derecho a la autodeterminación, la salida de las Fuerzas de la Seguridad del Estado, la amnistía y la incorporación de Navarra a Euskadi] Esta actitud disipó las reservas existentes en ese momento e inclinó la decisión francesa de expulsarle a Gabón. Un portavoz del Gobierno central comunicó al Ejecutivo vasco, el viernes día 11 de julio, la inminente expulsión de Iturbe a Gabón, respetando -así el compromiso adoptado por el presidente Felipe González en su entrevista con Ardanza de informarle puntualmente de todos y cada uno de los pasos que se dieran en, relación a ETA.
El propio consejero de Interior del Gobierno vasco, Luis María Retolaza, trató de convencer al ministro del Interior, José Barrionuevo, de que paralizara la decisión francesa o, al menos, modificara el destino de Iturbe, mientras miembros del PNV hacían lo propio ante las autoridades francesas. Los Gobiernos de Madrid y de París no modificaron su postura y, pocos días después, el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, afirmaba en un artículo Publicado en el diario Deía: "ETA quiere negociar, y Madrid no".
Por otra parte, los servicios españoles de información estuvieron al tanto de todos estos contactos con el presunto dirigente etarra, según reconocieron ayer dos diferentes fuentes del Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) y una tercera del Ministerio de Defensa. Estas fuentes, y especialmente las del citado centro, no quisieron concretar en qué habían consistido los contactos ni qué personas los habían materializado, pero reconocieron que, en anteriores situaciones similares, habían participado directamente agentes militares del CESID.-
Según estas fuentes, el propio Gobierno mantuvo informado al CESID sobre el desarrollo de los recientes contactos con Iturbe. Estos informantes precisaron que uno de los objetivos del CESID consiste en establecer el mayor número posible de contactos con la dirección de ETA, para informar al Gobierno de las posiciones de la organización terrorista. Durante los últimos años, el CESID, dirigi7 do por el general Emilio Alonso Manglano, ha estado informado de "los numerosos intentos de diálogo" protagonizados tanto por el PNV como, sobre todo, por el Gobierno central.
Los intentos "más serios" de diálogo entre Gobierno y ETA se produjeron en 1984, antes de que el ministro del Interior, José Barrionuevo, hiciera pública en agosto su oferta a ETA de que, previa entrega de las armas, los integrantes de la organización terrorista podrían acogerse a la vía de reinserción social.
"Dile que acepte el diálogo"
En los contactos habidos durante el primer semestre de 1984 participaron, al menos, y por separado, un diplomático español, "un jefe militar" del CESID -comandante, teniente coronel o coronel y dos sacerdotes (uno español, jesuita, y otro francés). El Gobierno francés también estuvo al tanto de esos contactos con Iturbe. El presidente francés, François Mitterrand, según las fuentes informantes, mantuvo la tesis, en sus contactos con las autoridades españolas, de que había que estudiar todas las posibilidades de diálogo antes de abordar iniciativas policiales y administrativas contra los vascos españoles residentes en el sur de Francia. Este planteamiento fue el que mantuvieron las autoridades francesas en los días posteriores a la detención de Iturbe el pasado 27 de abril.
En las reuniones mantenidas en 1984 con los intermediarios, Iturbe insistió, de un lado, en que había que negociar la alternativa KAS, y de otro, en que el interlocutor de ETA para sentar las bases de una negociación no debía ser él, sino Eugenio Etxebeste, Antxon, expulsado hace dos años a Santo Domingo y posteriormente trasladado a Ecuador. Antxon era considerado el número dos de ETA y, según algunas fuentes políciales, era el hombre duro en la dirección de la organización terrorista.
En un segundo contacto mantenido con los sacerdotes en una buhardilla de París, Iturbe les comentó que no deseaba hablar con meros transmisores de mensajes, sino con personalidad es de la Administración española. "Dile [a Felipe González] que acepte el diálogo", dijo en la despedida al sacerdote español. De los pormenores de este contacto fue informado puntualmente el entonces lendakari, Carlos Garaikoetxea, y en sus preparativos participaron al menos el secretario de la Presidencia Julio Feo, y el entonces embajador francés en Madrid, Pierre Guidoni, quien también mantuvo conversaciones con el mismo fin con dirigentes de Herri Batasuna, entre ellos Santiago Brouard, posteriormente asesinado.
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