EE UU y Europa

Contestación a la carta de Pedro C. Incera, Nueva York, EE UU, de fecha 6 de agosto de 1986: Críticas a Estados Unidos.Para empezar me permito hacerle una sugerencia: si se ha cansado de leer todos los días EL PMS (por todo lo que usted menciona) puede leer otros periódicos que le digan verdades enteras sobre EE UU, que es lo que, yo creo, le gustaría a usted leer.

Efectivamente, los más feroces críticos de EE UU son los propios norteamericanos. Pero, desgraciadamente, son una minoría comparados con el número de habitantes estadounidenses. El número de intelectuales (considerando como tales a los que poseen mayor capacidad de crítica objetiva) no abunda en su numeroso país. Realmente yo me pregunto si no pasan demasiado tiempo "mirándose el ombligo" la mayoría de los norteamericanos.

Usted emplea la palabra "amenaza" cuando se refiere a: Podría el Senado español amenazar...". Ni las Cortes Españolas (sistema de gobierno distinto del sistema presidencialista americano, sin entrar en más detalles por falta de espacio), ni la Cámara de Representantes y Senado americanos pueden amenazar al presidente del Gobierno (que en el caso americano también es jefe del Estado). Del sistema americano se puede decir que es el más democrático, pero lo que sí es cuestionable, en la actualidad, es el liberalismo del que tanto alardean los norteamericanos.

También en el artículo de Gómez Rufo, al que usted se refiere, éste decía que "nadie ha levantado la voz contra la verdadera amenaza a la sociedad: la violencia". Y la violencia en la cultura de un pueblo (ya asumida mediante los medios de difusión, que usted menciona, y la política exterior norteamericana de estos momentos), sí es volver, no a civilizaciones antiguas, sino a etapas mucho más primitivas y no civilizadas.

Tampoco le vendría mal a EE UU volver a mirar a Europa (sin necesidad de crear una escuela a distancia). Digo volver a mirar porque la civilización americana fue hecha por europeos, y la revolución americana fue un proceso admirable de civismo y tolerancia. América ha sido admirada por Europa y los europeos, y en parte se sigue admirando. Pero en estos momentos, si no está enferma (como dice Gómez Rufo), sí está desprestigiada, sobre todo en lo que se refiere a su política exterior y a la llamada doctrina globalizada de Reagan (también en lo que se refiere a su política interior hay signos que cuestionan el liberalismo americano, como es, por ejemplo, la famosa sentencia del Tribunal Supremo sobre el sexo, que usted la ve como signo de progreso».

Como dice el escritor mexicano Carlos Fuentes: "Lo que América hace mejor es comprenderse a sí misma. Lo que hace peor es entender a los demás".-