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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Discriminación de sexos

Existen varias formas veladas de discriminación por razón del sexo, y permítame relatar aquí algo que me ha ocurrido recientemente por el hecho de ser fémina.Hay un local de moda en Madrid, seguro que les suena, es el Hispano, sin americano.

Cuál no sería mi sorpresa cuando hace unos días, después de haber estado en este local varias veces, nos negaron la entrada a una amiga y a mí so pretexto de que había una fiesta privada, cantinela ya recitada a otras mujeres en el mismo sitio días antes. Nos quedamos observando en la puerta para comprobar a quién permitían la entrada y a quién no y, obviamente y como me temía, entraban absolutamente todos los hombres solos que llegaban o mujeres acompañadas por hombres; sin embargo, de cuando en cuando y con no sé qué criterio, el fornido mozo de la puerta recitaba lo de la fiesta privada a las mujeres que pretendían entrar solas, entiéndase solas-sin-hombre, porque a veces eran dos, tres o cuatro.

Nos acercamos y convencimos al cachas de que nos dejara entrar, contándole a nuestra vez la mentira de que habíamos quedado allí con un amigo, un hombre, señores, el

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salvoconducto para entrar en tan regio lugar. El fortachón nos dejó entrar y comprobarnos que, efectivamente, no había fiesta privada.Yo quiero, desde aquí, denunciar esta situación claramente discriminatoria y humillante para las mujeres; resulta muy lamentable tener que negociar la entrada a un lugar público por el hecho (te ser mujer y no llevar un hombre al lado. Y, además, repito que lo hacen mal porque, una vez dentro, no discriminan a las mujeres; en cuanto al precio de las consumiciones, cosa que, si van de paternalistas, podían hacer como en las discotecas de antaño, en donde la chica no pagaba o pagaba la mitad.

Probablemente, ya habrá algún machito que esté pensando que soy lesbiana, que odio a los hombres y que, además, soy fea; craso error, me encantan los hombres, no soy lesbiana (no tengo nada en contra de la homosexualidad, que conste) y tampoco soy fea. Soy una mujer normal, que se viste: normal, que trabaja y que quiere divertirse y entrar en los sitios públicos que le apetezca, con o sin hombre. Soy una ciudadana de un país en donde la Constitución prohíbe la discriminación por razón de sexo, religión, etcétera, y, simplemente, quiero ejercer mi derecho.-

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