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Enterrados en Madrid y Palencia los dos guardias civiles asesinados el sábado en Aretxabaleta

Ignacio Mateu, teniente de la Guardia Civil, y el guardia primero Adrián González, asesinados ambos por ETA el pasado sábado mediante un bomba trampa en la casa cuartel de Aretxabaleta (Guipúzcoa), fueron enterrados ayer en Madrid y en Cillamayor (Palencia), respectivamente. Los funerales se celebraron en un acuartelamiento de los Grupos Antiterroristas Rurales (GAR) de la Guardia Civil en Logroño. Un hermano del teniente Maten mostró su malestar por la presencia, contra la voluntad de la familia, de autoridades en el funeral y por la colocación sobre el féretro de la bandera constitucional.

Un hermano del teniente Ignacio Mateu señaló que su familia había declinado la oferta del ministro del Interior de realizar el traslado del cadáver desde Logroño hasta Madrid a bordo de un helicóptero, ya que, según su versión, el sábado la familia no logró que se pusiera a disposición de la madre del teniente un helicóptero para trasladarse a Vitoria, donde estaba ingresado su hijo, con objeto de poder verle antes de que falleciera. La madre de Mateu se trasladó en automóvil a Logroño.Asimismo, el hermano de Ignacio Mateu dijo que decidieron que la bandera colocada sobre el féretro no llevara enseña alguna y que habían solicitado al Ministerio del Interior que las ceremonias fúnebres se realizaran, en la medida de lo posible, sin la presencia de autoridades. Agregó también que la familia había sido respetuosa con las normas de protocolo y con la ley e indicó que el Gobierno no cumplió los deseos de la familia.

A los funerales, celebrados en la mañana de ayer en el acuartelamiento de la V Zona de la Guardia Civil de Logroño, asistieron, entre otras autoridades, Julián San Cristóbal, director de la Seguridad del Estado; Ramón Jáuregui, delegado del Gobierno en el País Vasco, y el general José Antonio Sáenz de Santa María, director de la Guardia Civil.

Julián San Cristóbal, responsable de la Seguridad del Estado, señaló que tras los últimos atentados "la Guardia Civil está aguantando con extraordinario coraje y firmeza, los embates del terrorismo", por lo que, añadió, "todos le estarnos muy agradecidos".

Ramón Jáuregui, delegado del Gobierno en el País Vasco, dijo que "al terrorismo le tiene que ganar la democracia, sólo la democracia". Para Jáuregui, "la reflexión política que cabe hacerse ahora en estas circunstancias es la de reaccionar con la serenidad de quien sabe lo que quiere y de quien está convencido de que no hay más solución a este problema que la victoria de la democracia sobre el terrorismo".

Tras el funeral celebrado en el acuartelamiento de la Guardia Civil de Logroño, en un ambiente de dolor y disciplina, los féretros de los cadáveres de las dos últimas víctimas de ETA fueron instalados en dos vehículos, en los que fueron trasladados, a Madrid, el del teniente Mateu, y a la localidad palentina de Cillamayor, el de Adrián González.

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En Madrid un centenar de personas asistió al sepelio del teniente Ignacio Mateu Istúriz, en medio del silencio de la madre y tres hermanos del teniente asesinado. El sepelio se realizó en el cementerio de la Almudena, donde se encuentra enterrado José Francisco Mateu, padre de la víctima, que fue asesinado por ETA en Madrid en 1978.

Sepelio en la Almudena

Tras cantar el himno de la Guardia Civil, algunos asistentes gritaron consignas falangistas y franquistas cuando el cadáver era inhumado en su féretro, que llegó al cementerio madrileño de la Almudena envuelto por la bandera constitucional, contrariamente al deseo de sus familiares, que permanecieron al margen de estas expresiones.Por otra parte, la joven Mayte Barandiarán permanecía hospitalizada en San Sebastián a consecuencia del desvanecimiento que sufrió en los incidentes del sábado, durante la disolución por la policía de una manifestación en apoyo de los residentes vascos en Francia, informa Aurora Intxausti.

De las 20.00 horas a las 20.30, unas 300 personas, entre las que se encontraba el diputado de Euskadiko Ezkerra Juan María Bandrés, participaron en la plaza de Guipúzcoa de San Sebastián en la manifestación silenciosa convocada por la comisión contra la violencia. Al término de la concentración, cerca de 20 personas, entre las que figuraban mujeres de avanzada de edad -una de las cuales dijo ser de Herri Batasuna-, insultaron a los manifestantes, pero no se produjeron incidentes.

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