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Craxi presidirá el Gobierno italiano hasta el congreso socialista del próximo año

Juan Arias

El socialista Bettino Craxi subirá esta tarde las escaleras del Quirinal para anunciar al jefe del Estado, Francesco Cossiga, que existen las condiciones para formar Gobierno. La noticia de que la crisis del Gobierno ha sido virtualmente resuelta hizo ayer subir la Bolsa de Milán. Y es que si la crisis había llegado de sorpresa el 27 de junio, de sorpresa también ha sido resuelta. Craxi se queda al frente del Gobierno tras llegar a un pacto formal con la Democracia Cristiana, probablemente escrito y público, con el cual el primer ministro se compromete a dejar la presidencia del Gobierno con motivo del congreso socialista que se celebrará en la próxima primavera.Los observadores, en efecto, están aún preguntándose por qué Craxi ha aceptado ahora las condiciones que le había impuesto la Democracia Cristiana para continuar al frente del Gobierno pentapartido cuando acababa de rechazarlas Giulio Andreotti.

Los socialistas ya habían afirmado que los democristianos, como buenos seguidores de Jesucristo, "pondrían la otra mejilla" a la bofetada que Craxi había dado a Andreotti impidiéndole formar Gobierno. De Mita, ante el nuevo encargo de formar Gobierno dado por Cossiga a Craxi se ha limitado a explicar que no iban a responder con el viejo proverbio judío de "diente por diente".

La realidad es, que se ha buscado resolver la crisis para evitar nuevas elecciones anticipadas sin que haya ni vencedores ni vencidos. Porque Craxi puede sentirse orgulloso de conseguir, siguiendo al frente del Gobierno, haber desbancado al personaje más prestigioso de la Democracia Cristiana, Giulio Andreotti. Pero también De Mita puede sentirse victorioso porque ha obligado a Craxi a aceptar las condiciones que le había puesto antes de empezar la crisis y que si hubiesen sido aceptadas antes se hubiese ahorrado un mes de parálisis política.

Estas condiciones son un programa que dure hasta el final de la legislatura, para el que faltan 20 meses. Además, Craxi se compromete a dejar, con ocasión del congreso socialista del próximo año, la presidencia del consejo en manos de un democristiano (probablemente Andreotti), sin ocasionar después ninguna crisis de Gobierno.

Craxi ha explicado que acepta ahora las condiciones que antes había rechazado porque había considerado el encargo a Andreotti "en clave antisocialista" y también porque "no había entendido bien" lo que le anteriormente había propuesto la Democracia Cristiana. Y De Mita, que ha echado en cara a Craxi públicamente ante la televisión su gesto "injusto" de haber rechazado al candidato democristiano, ha podido presentarse como el hombre superior.

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