El Gobierno brasileño incrementa los precios para frenar la caída de las tasas de ahorro
El Gobierno brasileño ha aprobado una serie de medidas económicas, que incluyen el incremento de precios en un amplio abanico de productos y actividades, al tiempo que anunciaba la creación de un fondo nacional de desarrollo. El objetivo básico de estas medidas es frenar el imparable crecimiento del consumo de las clases medias, una auténtica sangría para el ahorro del país.
A partir de ayer, los brasileños están pagando un 28% más en el precio de la gasolina y del alcohol utilizado en sus vehículos. Los coches particulares han experimentado aumentos en sus precios -que han alcanzado hasta un 30%-, los turistas pagan un 25% más en los dólares comprados en el cambio oficial y el mismo aumento ha recaído sobre los pasajes aéreos internacionales. Una serie de otras medidas complementarias, que van desde aumentos en impuestos para aplicaciones financieras hasta la creación de nuevos títulos del Gobierno, fueron anunciadas por el presidente José Sarney en la noche del pasado miércoles.Esas medidas fueron divulgadas de manera simultánea al anuncio de la creación de un Fondo Nacional de Desarrollo, que pretende obtener en el plazo de cuatro años 100.000 millones de dólares para acelerar un proyecto de inversiones cuyo objetivo es sanear algunos problemas sociales especialmente agudos. El dinero será aplicado en las áreas de salud pública, alimentación y educación, y también para ampliar la infraestructura de otros sectores que se encuentran en estado crítico.
Pasados cinco meses de la implantación del plan cruzado, que congeló precios y salarios y bajó las tasas inflacionarias, los brasileños se encontraron con aumentos en los precios, pero ahora camuflados bajo el manto de un "préstamo compulsorio".
Las medidas tuvieron amplia repercusión en Brasil. Desde el surgimiento del plan cruzado, la fiebre consumista en las clases medias se había elevado a niveles preocupantes. Hay ejemplos concretos: el número de pasaportes solicitados se multiplicó por cuatro en menos de dos meses. En el primer semestre, Brasil gastó 400 millones de dólares en viajes al exterior, y la proyección era que se sobrepasara con creces la marca de los 1.000 millones hasta finales del año.
Los compradores de coches nuevos estaban forzados a una espera de hasta seis meses, a menos que pagaran un sobreprecio, cobrado por los revendedores, de hasta un 70% sobre el precio congelado de los modelos más populares. Hay crisis en la distribución de medicinas, carne, leche y electrodomésticos. La especulación inmobiliaria hizo que el precio de los inmuebles se multiplicara por tres. Todas esas desviaciones provocaron el desgaste de la imagen del Gobierno en la opinión pública. Las medidas anunciadas en la noche del miércoles señalan una sola dirección: el consumismo desenfrenado de las clases medias.
Caída del ahorro
Para el gobernador de Río, el socialista Lionel Brizola, primer y más duro crítico del plan cruzado, las medidas anunciadas el miércoles rompen la congelación de los precios. "El Gobierno", afirma el gobernador de Río, "llevó a la clase media a quemar sus ahorros. Éste ha sido uno de los aspectos más lamentables del plan cruzado. Dejó suelto, sin control y sin aplicación, un inmenso volumen de dinero. La clase media quemó sus ahorros y ahora es castigada con tributos".El ex ministro de Hacienda Delfin Neto, que fue el poderoso emperador de la economía brasileña en el régimen militar, se mostró igualmente crítico: "Ahora se transfiere el ahorro del sector privado para cubrir los déficit del Gobierno".
Los políticos demostraron gran preocupación. Éste es un año electoral, y los líderes de los dos partidos que respaldan al Gobierno afirmaron que tenían severas restricciones en relación a las medidas anunciadas el miércoles. El mismo presidente Sarney, en su aparición Por la televísión, estaba especialmente agitado y tenso. Se equivocó diversas veces en la lectura del texto y cometió varios errores de portugués, cosa inesperada en un miembro de la Academia Brasileña de Letras.
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