La comunidad judía, clave para el acercamiento
La preparación del encuentro en las montañas de Ifran entre el rey Hassan II de Marruecos y el primer ministro y líder laborista israelí, Simón Peres, fue realizada en secreto y desde hace algunos meses por un grupo de consejeros personales del monarca. alauí, entre los que no se descarta a su principal colaborador, Ahmed Reda Guedira, y destacados miembros pertenecientes o relacionados con la comunidad hebrea norteafricana, informan fuentes diplomáticas. Entre estos últimos figuran el diputado laborista israelí Rafi Edry, presidente (le la Conferencia Mundial de Judíos del Norte de África, y David Amar, presidente de la comunidad hebrea de Marruecos.Según estas fuentes, el. papel desarrollado por los judíos marroquíes, tanto del interior como del exterior, para lograr este acercamiento entre un líder árabe como Hassan II y el jefe del Gobierno israelí ha sido "fundamental y decisivo".
No en vano en Marruecos aún viven 16.000 judíos, de una comunidad que en 1953 llegaba a las 240.000 personas. Precisamente David Amar, el líder de la actual comunidad hebrea en Marruecos, es un importante hombre de negocios, muy relacionado con las altas esferas políticas de Marruecos y que mantiene contactos periódI.cos con funcionarios de la Emba.jada norteamericana en este país.
La comunidad hebrea marroquí no interviene, generalmente, en asuntos de política exterior, pese a que cuenta al menos con un diputado en el Parlamento de Rabat, ni en los asuntos referentes al conflicto de Oriente Próximo que enfrentan a árabes y a judíos.
Los hebreos juegan en Marruecos un papel discreto, pero tarribién influyente por lo que se refiere a las relaciones con aíses de América Latina, como es el caso de Venezuela, o de la órbita occidental, como Estados Unidos y Canadá, donde reside gran parte de los hebreos que salieron de Marruecos entre 1953 y 1967. En Israel viven actuamente 150.000 judios originarios de Marruecos.
El lobby judío en el Congreso de Estados Unidos es el rriás promarroquí de todos y en él Rabat ha puesto siempre sus esperanzas para el mantenimiento del diálogo con Washington, incluso después de la firma de los acuerdos con el líder libio Muammar el Gaddafi.
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