Felipe González ofrece una política de consenso para acabar con el terrorismo y potenciar la concertación social

El candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Felipe González, ofreció ayer implícitamente una política de consenso en materia de terrorismo. Asimismo mostró la voluntad del nuevo Ejecutivo de potenciar la concertación social entre trabajadores y empresarios. González apuntó estas intenciones en su discurso de investidura, como candidato designado por el Rey al pertenecer al partido con mayoría absoluta tras las elecciones del 22 de junio. El presidente de Alianza Popular (AP), Manuel Fraga, ofrecerá hoy al Gobierno 10 medidas concretas para hacer "más eficaz" la política antiterrorista.

Felipe González leyó durante hora y media un discurso que no fue sino el desarrollo de los epígrafes que constan en el programa electoral del PSOE en las pasadas elecciones. Su exposición careció de ofertas concretas de una forma previsiblemente deliberada, dado que González suele reservarse las novedades o compromisos para el turno de réplica, que se celebrará hoy con la intervención en primer lugar de Manuel Fraga.Fellipe González dejó abierta la posibilidad para el consenso entre todas las fuerzas políticas con las siguientes palabras: "Sobre el proceso de adecuación de España a la CE y, sobre el terrorismo, al margen de cuál sea su voto, tendremos que hablar entre todos". La voluntad del Gobierno de "impulsar" la concertación social fue otra ole las escasas ofertas concretas realizadas. No obstante, su discurso estuvo plagado de referencias a la "colaboración" principalmente dirigidas a los Gobiernos de las comunidades autónomas, aunque sin expresar la fórmula.

El candidato a la presidencia del Gobierno abordó en primer lugar el apartado de la lucha contra el terrorismo, que consideró correcta en los actuales términos. 'Me parece que el marco legal existente es el adecuado, pero estamos abiertos a cualquier tipo de discusión", dijo González. Es previsible que González fuera conocedor de que el presidente de AP, Manuel Fraga, iba a exponer hoy su programa al respecto. Fraga recibió ayer del diputado aliancista José María Ruiz Gallardón un listado con diez medidas concretas para atajar el problema del terrorismo. Entre ellas está el control parlamentario del proceso de reinserción social, la imposibilidad de acortar las penas por terrorismo y la excepcionalidad de las medidas de gracia.

Socialismo democrático

El presidente del Gobierno en funciones se refirió en tres ocasiones al "socialismo dernocrático", como la ideología más idónea para llevar acfecto una política de igualdad, libertad y justicia. Todo ello en ausencia de los diputados de Izquierda Unida, que abandonaron el hemiciclo ante la negativa del presidente del Congreso, Félix Pons, a reconsiderar in situ la decisión de la Mesa del Congreso de no concederles grupo parlamentario propio al no alcanzar el mínimo del 5% de los votos exigidos por la ley electoral. Por un momento se produjo una situación grotesca al creer tres diputados de IU -Gerardo Iglesias, Ramón Espasa y Ramón Tamames- que sus palabras estaban siendo escuchadas por la Cámara al estar en uso de su micrófono individual. Lo cierto es que Félix Pons había cortado el sonido y sólo se adivinaba su protesta por la ampulosidad de los gestos de sus manos y las expresiones de su cara. En el pasillo hablaron sin límite.Este incidente provocó que la intervención de González se retrasara unos diez minutos, lo que no fue óbice para que dedicara casi media hora a exponer en tono pedagógico lo que debe ser la adecuación de España a la Europa comunitaria. También fue extenso en el capítulo económico, para el que no previó grandes cambios respecto a la política actual dirigida por Carlos Solchaga. Controlar la inflación hasta el punto de que no sobrepase un 3% a la vuelta de dos años, reducir los gastos en el funcionamiento de la Administración y una mayor atención a la creación de empleo juvenil fueron las líneas maestras de su programa. González reiteró su tesis de que los impuestos no deben subir para los españoles sujetos a nómina, sino que el énfasis se pondrá en aquéllos que actualmente defraudan a la Hacienda pública, con el incremento de una mayqr inspección fiscal. También dejó claro que las rentas salariales deben seguir en la línea de la contención de tal forma que las subidas de sueldo no sobrepasen los índices de la inflación.

A modo de pinceladas, el candidato socialista desarrolló el epígrafe El Estado al servicio de los ciudadanos, entendido, entre otras cosas, como la culminación del proceso de transferencias a las comunidades autónomas, incluida la regulación de los estatutos de Ceuta y Melilla. "El Gobierno se propone que la Constitución sea igual para todos sin que exista discriminación por raza, religión o condición", fue su referencia al enfrentamiento entre las comunidades cristiana y musulmana en Melilla.

Otro de los apartados finales fue el denominado Corrección de las desigualdades, en el que entraron la cultura, la educación, el deporte, la mujer, la sanidad y las pensiones. Hubo una referencia a los ex militares de la extinta Unión Militar Democrática (UMD) para reiterar que "hay que solucionar el problema".

Una nutrida representación de las máximas instancias del Estado presenciaron desde la tribuna de invitados el largo parlamento. Las medidas de seguridad en esta ocasión fueron excepcionales, con un amplio despliegue policial en torno al palacio del Congreso, cuyas inmediaciones fueron cortadas al tráfico.