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El capitán del 'Izarra', a su regreso a España, culpa de su cautiverio al armador del petrolero

José Luis Peciña Martínez de Aguirre, capitán del petrolero Izarra, condenado a muerte en Nigeria por contrabando de gasóleo, responsabilizó ayer a José María López Tapia, armador de¡ buque, de su cautiverio en el país africano. Peciña, que llegó ayer al aeropuerto de Madrid-Barajas tras permanecer encarcelado 25 meses en Nigeria, manifestó que desconocíaque las dos cargas de crudo por las que fue condenado fuesen ¡legales. El Gobierno ha gastado unos 70 millones de pesetas en las gestiones encaminadas a la liberación del marino español, según informaron fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores. La Administración estudia las medidas jurídicas que le permitan obtener de José María López Tapia los gastos realizados para la excarcelación de Peciña.

"Él es el responsable directo de todo el asunto", dijo Peciña a este periódico, refiriéndose a José María López Tapia. El armador del petrolero "es el hombre que dio las órdenes de las cargas, conociendo todas las circunstancias de la misma", añadió el capitán del Izarra "López Tapia estuvo presente en la primera de las cargas, junto a su hermano Luis Ignacio", agregó, y precisó que "López Tapia dió la orden de carga" . "En la segunda de ellas estuvo su hermano", añadió Peciña.José Luis Peciña fue condenado a muerte por un tribunal militar nigeriano acusado de dos cargas ¡legales de gasóleo efectuadas en la localidad costera de Bonny el 30 de enero y el. 27 de febrero de 1984. "Yo desconocía que fuesen cargas ilegales. En los momentos de las cargas había oficiales de la Navy nigeriana y otros barcos alrededor que realizaban operaciones similares. La impresión era que aquellas cargas eran rutinarias y legales", dijo ayer el capitán.

A la pregunta de si aquellos funcionarios nigerianos estaban sobornados, el capitán del petrolero señaló: "la cuestión de negocios es una cosa del armador. Mi cometido no es meterme en los negocios del armador. El armador es el que contrata con el exportador".

Ciprian Obl y Henderson Mendiere, funcionarios de Nigeria condenados a muerte por el régimen nigeriano junto a Peciña, obtuvieron con la revisión de la pena efectuada por el nuevo régimen su reducción a la de 10 años de privación de libertad cada uno.

El capitán del Izarra señaló que los momentos más difíciles fueron el traslado del barco al puerto de Calabar, la condena a muerte y su estancia en la cárcel. Sobre la primera, dijo que fue muy duro el primer mes que estuvo toda la tripulación detenida en Calabar, cuando la Embajada española aún no había realizado gestión alguna.

"La sentencia [a pena de muerte] fue durísima, un trago que no esperábamos ni yo, ni mis abogados", dijo. Peciña fue indultado de la pena capital por otra de 25 años de privación de libertad.

"Un antro"

"La estancia en la cárcel fue en todo momento mala", dijo Pecifia, refiriéndose a la prisión federal de Port-Harcourt, donde fue llevado tras ser condenado en diciembre de 1984. "La primera impresión fue horrible: un antro", añadió.

"Una estancia de cuatro paredes con 350 metros de largo y ocho de alto", precisó el capitán. En suma, "una cosa antigua, muy dejada, mal mantenida, sucia y vieja", agregó. El trato en la prisión fue correcto, "dentro de lo posible y de las circunstancias en que se vive allí". "Las relaciones con los otros presos fueron afables", agregó José Luis Peciña.

El capitán del petrolero agradeció las gestiones realizadas por el Rey, la diplomacia española y diversos colectivos. Sobre el nuevo régimen nigeriano, encabezado por el general Ibrahim Babangida, señaló que también debe su libertad al nuevo Gobierno, que "está liberando a muchos presos" que se encontraban en situaciones parecidas a la suya.

José Luis Peciña llegó ayer -vía París- sobre las 15.00 horas al aeropuerto de Madrid-Baraj as, acompañado de Rafael Pastor, director general de Asuntos Consulares y hombre clave en las gestiones que culminaron con la orden de excarcelación decretada por la Jefatura del Estado nigeriano el 17 de julio pasado. La mujer del capitán, María Teresa Ruiz de Gordejuela, y su hija, Teresa, llegaron al aeropuerto madrileño en un vuelo posterior y desde Bruselas por no haber pasajes para todos en la aeronave en la que viajaba el capitán.

Pecifia declaró en conferencia de prensa en el aeropuerto de Madrid-Barajas: "Siempre he tenido la conciencia muy clara sobre mi condená. Yo era completamente inocente". Afirmó que él y la tripulación del petrolero se han querellado contra el armador por haberles abandonado desde el primer momento.

Comunicado de los familiares

Por otra parte, dos de las hijas del capitán y una sobrina difundieron ayer a los informadores un comunicado en el que señalaron que "Peciña ha pagado su fidelidad al naviero con la cárcel".

"El tribunal que le juzgó se negó a admitir las pruebas de que el propio armador del Izarra estaba presente en el barco durante las operaciones de carga. Lo que supone que el naviero asumía directamente la responsabilidad de las operaciones, quedando relegado el papel del capitán a una mera función tecnica", añade el documento, y prosigue: "El capitán del Izarra no actuó como exportador ni como responsable. Peciña es evidente que se limitaba a tomar un cargamento de gasóleo extendiendo los correspondientes documentos acreditativos de que la carga estaba a bordo. Peciña, como capitán del Izarra, no era el responsable de los negocios entre López Tapia y algunos nigerianos".

"Peciña entregó en España el cargamento o cargamentos que tomó en Nigeria y si estos estaban mal documentados a la salida de aquel país, no lo estarían menos a la entrada en el nuestro. Y aquí, que sepamos, nadie se ha pasado dos años en la cárcel por admitir ese cargamento", agrega el comunicado.

"Es muy probable que el capitán del Izarra cometiese alguna falta de tipo administrativo en su condición de responsable de la nave, pero hay un hecho contundente, y no es otro que la anulación del proceso ha sido firmada por el propio presidente del Gobierno nigeriano [general Ibrahim Babangida]. Es decir, estima que ha habido un error en el procesamiento del capitán Peciña", precisa el comunicado, firmado por las hermanas Ana y María del Mar Peciña Ruiz y su prima Ana Peciña Betolaza.

"Abandono injustificado"

.Por último, el Gobierno espera recuperar del armador del Izarra, José María López Tapia, los 70 millones de pesetas que ha costado el asunto Pecíña, según afirmaron fuentes diplomáticas.

Estos gastos, costeados por el Ministerio de Asuntos Exteriores y por el Instituto Social de la Marina (ISM), se dedicaron, al menos la mitad, a pagar las gestiones del abogado nigeriano Jimmy Oduba, -que se ha llevado una tercera. parte de los gastos- y a las estancias temporales de la esposa del capitán José Luis Peciña, María Teresa Ruiz de Gordejuela, y de su hija Teresa.

El director del Instituto Social de la Marina, Constantino Méndez, calificó de "abandono injustificado" la actitud del armador respecto a los tripulantes y al propio Peciña. "Un armador abandonó a sus tripulantes y eso causó un grave perjuicio de carácter social, familiar y económico a los tripulantes, y consecuentemente requiere la atención de la Administración española", dijo Méndez.

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