Rosina Gómez-Baeza

Rosina Gómez-Baeza, de 44 años, casada y madre de dos hijos, es la nueva directora de la Feria de Arte Contemporáneo (Arco) y la encargada de terminar con las batallas internas que surgieron ante la convocatoria del pasado certamen. Directora contratada de la Institución Ferial de Madrid (Ifema) desde 1979, se considera una profesional independiente con grandes dotes para la organización. Asegura estar dispuesta a limar asperezas a base de trabajo y dejándose asesorar por las personas más entendidas en el mundo del arte.

Rosina Gómez-Baeza es una mujer de aspecto menudo y trato amable que a primera vista puede confundir sobre la fortaleza de carácter que poco a poco se va percibiendo en ella. Nacida en Asturias en el seno de una familia adinerada (el padre, al que adora, fue profesor de la Escuela Politécnica del Ejército), es la mayor de cuatro hermanos, que actualmente trabajan en círculos financieros.Su primera vocación, a la que de momento ha renunciado, fue la enseñanza. Le hubiera gustado ocupar una cátedra de filología inglesa, lengua que considera su segundo idioma, ya que cuando contaba nueve años comenzó a estudiar -nunca antes había ido al colegio- en una escuela en Birmingham (Inglaterra). Hasta entonces su aprendizaje se había desarrollado en la casa asturiana de sus abuelos con una institutriz inglesa.

Tiene buenos recuerdos de sus años pasados en Inglaterra y posteriormente, ya casada, en Estados Unidos. "Soy una gran admiradora del mundo anglosajón. De ellos he aprendido muchísimas cosas. Por ejemplo, el autocontrol, que lo considero importantísimo. También la capacidad de análisis, la modestia...".

A los 23 años se casó con un industrial propietario de una compañía de tabaco. Hasta entonces y algunos años después siguió estudiando y haciendo cursillos. "Me encanta estudiar. Es el estado perfecto, siempre que sean cosas con una aplicación práctica". Su entrada en el mundo empresarial se produjo a través de una hermana que trabaja en una empresa organizadora de exposiciones y congresos, y de allí pasó a Ifema.

Olvidó su interés por el mundo de la enseñanza y se entusiasmó con el mundo de la empresa. "Tengo una gran capacidad de organización. Sé que sirvo para montar cosas. No voy a decir que sea fantástica, pero se me da bien". Su equipo de colaboradores está integrado exclusivamente por mujeres, sin que esto suponga que es una militante feminista furibunda. "Nunca he militado ni en feminismo ni en nada, pero me siento feminista, y como tal actúo en mi vida cotidiana. Lo de trabajar sólo con mujeres no es por discriminación, sino porque he comprobado que son más luchadoras, perseverantes y pacientes que los hombres".

Aunque no dejará la organización de las otras ferias de las que anualmente se ocupa (Sicur, Iberjoya, Expoóptica, Eurocomercio y por primera vez Grafic), ya está centrada en Arco 87, el certamen de Ifema de mayor repercusión en el público y con un gran peso en el mundo del arte. "Soy muy egoísta, porque dedico todo mi tiempo al trabajo, y digo que soy egoísta porque trabajar es lo que más me gusta y como mejor lo paso". En su escaso tiempo libre dice que se dedica a leer y a visitar exposiciones, aunque lo que más le gustaría sería disponer de un jardín en el que cuidar sus plantas.