El PNV considerará autoexcluidos a quienes no acaten el sábado la "legitimidad plena" de sus órganos directivos
El Partido Nacionalista Vasco (PNV) considerará autoexcluidos de su organización a quienes no reconozcan la Iegitimidad plena" de la asamblea nacional, según la única resolución adoptada por el citado órgano durante la sesión celebrada ayer en Artea (Vizcaya), que se reanudará el próximo sábado. La moción no fue aprobada por 19 de los 65 apoderados con derecho a voto, representantes de Guipúzcoa y de juntas extraterritoriales, que pueden ser dentro de siete días las primeras víctimas de la fórmula establecida ayer. El líder del sector crítico, Carlos Garaikoetxea, abandonó la asamblea antes de que hubiera concluido porque se le negó el uso de la palabra sobre la cuestión citada. Al abandonar el recinto fue increpado como "traidor".
La asamblea comenzó pasadas las 11 de la mañana. Ninguna de las personalidades asistentes efectuó declaraciones ni al entra ni al salir del antiguo colegio de religiosos que el PNV tiene en propiedad en Artea, en torno al cual permanecieron durante la mañana un servicio de orden compuesto por varias decenas de afiliados, unos 150 partidarios de la línea oficial y más de medio centenar de informadores.Aunque en principio la asamblea debía debatir únicamente las conclusiones de una comisión interna sobre la crisis del partido, los 15 representantes ole Alava presentaron una cuestión previa consistente en reafirmar sin lugar a dudas la legitimidad de la propia asamblea como órgano máximo y depositaria de la soberanía del partido. Emilio Guevara, ex diputado general de Álava y portavoz de la delegación de la, misma provincia en la asamblea de ayer, explicó más tarde en conferencia de prensa que no tenía sentido debatir ningún otro asunto si una parte de los representantes elegidos cuestiona la legitimidad de la asamblea o se siente libre- para hacerlo en caso de que no ganen sus puntos de vista.
El texto aprobado expresa la intención de la asamblea de debatir "con espíritu integrador y voluntad de urgente resolución" la crisis del partido y rechaza "todo intento de deslegitimación, sustitución o transgresión" de los, vigentes estatutos y de los órganos directivos. Ambas ideas fueron aceptadas por los representantes alineados con el sector crítico, que pidieron y consiguieron una adición referente a la posibilidad de modificar el reglamento actual "a través de los mecanismos establecidos".
Los críticos rechazaron, en cambio, el párrafo final, en el que se afirma que carecen de justificación las manifestaciones que cuestionan el carácter democrático de la propia asamblea y se manifiesta "terminantemente que esta asamblea nacional tiene la legitimidad plena", para advertir más adelante que "la no aceptación de estos, principios [supone] la autoexclusión del partido".
Redacción alternativa
Los delegados críticos ofrecieron una redacción alternativa, que sustituiría a la reafirmación de la legitimidad plena y a la advertencia de autoexclusión, según la cual "nadie puede discutir la legalidad y consiguiente legitimidad reglamentaria de esta asamblea nacional". La propuesta fue considerada inaceptable por el sector oficial.
La redacción presentada por los críticos es coherente con la declaración difundida en días pasados por la ejecutiva de Guipúzcoa y con las afirmaciones de Carlos Garaikoetxea, que reconocen la legalidad de la asamblea pero denuncian vicios que permiten dudar de su representatividad desde que fue separada del partido -con la misma fórmula de autoexclusión invocada ahora- la práctica totalidad de la organización de Navarra, y con ella una cuarta parte de los representantes en todos los órganos decisorios. Los críticos están en desacuerdo también con los estatutos de Álava, que consideran antidemocráticos.
El ex lendakari Garaikoetxea pidió la palabra para exponer ante la asamblea sus criterios, pero le fue negada. La mesa de la asamblea argumentó que en esta cuestión previa sólo debían intervenir los apoderados con derecho a voto, y no las personalidades. Garaikoetxea, que salió solo, dijo que entendía tener derecho, "al menos moral", a exponer su criterio. "No quiero mantenerme en una asamblea en la que obviamente no voy a poder intervenir", explicó antes de añadir que quiere ser consecuente y que su decisión "tampoco hay por qué dramatizarla".
Situación de bloqueo
El resultado de la votación de ayer pone de relieve la situación de bloqueo que se esconde tras la crisis nacionalista. Votaron a favor de la resolución del sector oficial 46 representantes: los 15 con que cuentan cada una de las provincias de Álava, Navarra y Vizcaya, más el de una junta de fuera del País Vasco español. Lo hicieron en contra 17 representantes: los 15 de Guipúzcoa y dos juntas extraterritoriales. Se abstuvieron otras dos juntas extraterritoriales. La principal exigencia de los críticos, el reingreso de casi un millar de afiliados excluidos del partido en Navarra, resulta inaceptable para el sector oficial porque perdería el control de esta provincia, y los críticos, con el apoyo de la mayoría de las juntas extraterritoriales, pasarían a ser mayoritarios en todos los órganos decisorios.
Si el próximo sábado se consuma la autoexclusión de los representantes de Guipúzcoa, lo que equivaldría a la ruptura del partido en aquella provincia, el sector oficial estaría en disposición de organizar de inmediato nuevas juntas municipales en la mayor parte de las poblaciones de la provincia. Así lo pone de relieve un escrito, difundido ayer en el que miembros de 49 de las 65 juntas del PNV de Guipúzcoa expresan su apoyo a la ejecutiva nacional frente a los criterios de la ejecutiva regional. El escrito está avalado por tres firmas de cada una de las 49 organizaciones locales.
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