La COAG, admitida en el organismo comunitario que agrupa a los sindicatos agrícolas europeos
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha sido, admitida en el Comité de Organizaciones Profesionales Agrarias (COPA), organismo consultivo que agrupa a los sindicatos agrícolas de los doce y cuyas recomendaciones tienen un giran peso a la hora de dictar medidas en la Comunidad Europea (CE). La COAG era el único sindicato con fuerte representatividad en el mundo agrario español que no había entrado en el organismo comunitario, debido al veto interpuesto contra su entrada por la organización conservadora Unión de Federaciones Agrarias de España (UFADE).
Representantes de la coordinadora, a la vez que mostraban su satisfacción por haber sido admitidos en este comité consultivo de la Comunidad, indicaban ayer sentirse perjudicados por el retraso, que les ha acarreado múltiples gastos en desplazamientos a Bruselas ha desviado gran parte de sus esfuerzos a conseguir la incorporación. "Para este viaje no hacían falta tantas alforjas", afirmaba un representante de la COAG resumiendo las largas negociaciones que han finalizado con el levantamiento del veto y su entrada en el COPA. Una entrada que se realiza siete meses después de que fueran admitidos como miembros los otros cuatro, sindicatos agrarios españoles.La coordinadora solicitó la entrada en el organismo comunitario en la primavera del pasado año, y, poco después se iniciaron conversaciones entre todas las organizaciones españolas para incorporarse conjuntamente. Sin embargo, el 11 de diciembre de 1985, las otras cuatro organizaciones -UFADE, Jóvenes Agricultores, CNAG y UPA- se reunieron en Bruselas, y sin que la COAG, según afirman sus representantes, tuviera conocimiento de la reunión firmaron un documento pidiendo la entrada. Dos días después, esos cuatro sindicatos fueron admitidos como miembros de la organización agrícola comunitaria y la COAG se quedó fuera.
En todas las reuniones posteriores del presidium del COPA la Coordinadora presentó la solicitud de adhesión, pero la Unión de Federaciones Agrarias de España, ya con derecho a veto, impidió repetidas veces su entrada. Esta organización, de índole conservadora, puso como condición para levantar el veto que el ministerio dirigido por Carlos Romero reconociera su representatividad. La Unión de Federaciones Agrarias de España había sido apartada de las negociaciones con la Administración y, por tanto, no tenía derecho a ningún tipo de ayuda, por considerar el Ministerio de Agricultura que carecía de la necesaria representatividad en el campo español.
Posteriormente, y ante las presiones por parte de los afiliados a la COAG para que Agricultura posibilitara su entrada en el organismo comunitario, el ministerio se mostró dispuesto a reconocer a la UFADE. A pesar de ello, este sindicato mantuvo su veto a la Coordinadora hasta la reunión celebrada el pasado jueves en Bruselas, en la que decidió no impedir el acceso de la Coordinadora.
Chivo expiatorio
Ahora, los representantes del organismo recién admitido aseguran que entienden "el planteamiento de la UFADE, pero se nos ha convertido en el chivo expiatorio de la negativa de Agricultura a reconocer a este sindicato". Sobre todo, opinan que su problemática entrada ha retrasado el nombramiento de los representantes españoles en los comités consultivos del Comité de Organizaciones Profesionales Agrarias, dejando sin voz en Europa al campo español.
La Coordinadora, conseguido ya su deseo de estar representada en Bruselas, se plantea defender en el seno del COPA la política comunitaria de ayudas estructurales y oponerse al planteamiento contrario a estas subvenciones de los países nórdicos. Asimismo, la Coordinadora se decanta por la defensa de la explotación familiar agraria, muy superior en España al resto de países de los doce.
El COPA no tiene poderes ejecutivos sino únicamente consultivos, pero cuenta con una fuerte influencia en la fijación de tarifas agrícolas y en el conjunto de medidas de política agraria comunitaria. En su seno son mayoritarias, sobre todo en influencia, las organizaciones conservadoras, aunque también están representados sindicatos socialistas y comunistas.
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