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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Crímenes de Estado en Perú

Que el Ejército del Estado peruano extermine a ciudadanos, o especialmente a indios, no es novedad. Que sean tantos de golpe y además presos puede parecer excesivo, pero no sorprende demasiado. Desde hace años hay un inicio de guerra civil o de guerra popular en algunas regiones de Perú, y los muertos a cargo del Ejército han sido unos 5.000 en cinco años, de manera que 300 más no es gran cosa.Gobernar mediante masacres tiene larga tradición en los Andes, pero aun así escandaliza que la Internacional Socialista apruebe ese enorme crimen de Estado. Uno había leído acerca de los crímenes políticos de los socialdemócratas: la participación entusiasta en la I Guerra Mundial, el asesinato de Rosa Luxemburgo y de Karl Liebknecht, el papel de Guy Mollet en la guerra de Argelia... Pero ésta es la primera vez en mi memoria que veo directamente cómo da el visto bueno a un crimen de Estado de tal magnitud. Los muertos de Starriheini, los GAL, el encubrimiento por Mitterrand de los autores de la muerte en el Greenpeace, no son comparables a lo de Perú ni en escala ni en certeza. El exterminio de centenares de presos políticos, previsto y denunciado desde hace meses por la Asociación de Abogados Democráticos de Perú, se ha consumado bajo la mirada benevolente de Willy Brandt.

Yo conocía al ingeniero agróno-

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mo y sociólogo rural Antonio Díaz Martínez desde 1970. Publicó dos libros muy interesantes, Ayacucho: hambre y esperanza y La revolución agraria en China. Ni era un fanático, ni un rebelde primitivo, ni un milenarista. Era un "investigador social comprometido", como a él le gustaba decir. Su crimen fue renunciar a convertirse en un tecnoburócrata y haberse identificado con la pobreza y con la cultura del campesinado quechua. Estaba preso sin haber sido juzgado y así ha sido asesinado.

Los medios de comunicación tienen responsabilidad en lo ocurrido. El 4 de octubre de 1985, cuando hubo una primera matanza de presos en Lurigancho, se aceptó la versión de Alan García de que se trataba de la respuesta a un motín seguido de un incendio. El endurecimiento del régimen penitenciario fue idea de Alan García, obviamente. Y esta segunda vez han conseguido liquidarlos a todos- Catedrático.

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