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Tribuna:EL OMBUDSMAN
Tribuna
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Informar desde Melilla es peligroso

Los últimos acontecimientos de Melilla, que reproducen una vez más la tensión existente entre el sector cristiano y el colectivo musulmán de la población, han intentado reflejarlos los medios nacionales de comunicación a través de sus corresponsales en esta ciudad y de enviados especiales. EL PAÍS ha acudido también a esta demanda de la actualidad y mantuvo durante una semana a Carlos Yárnoz, que escribía a diario sus crónicas, y Pablo Juliá, que procuraba obtener las fotos más significativas de los acontecimientos. Ambos abandonaron Melilla después de varios días de soportar incidentes personales y cuando su integridad física peligraba.No sólo determinados grupos extremistas cristianos, sino medios de comunicación melillenses, como el diario Melilla Hoy, programas informativos de la Cadena SER o un editorial en Radio Melilla, buscaban enfrentar a la población con los informadores llegados de Madrid y Barcelona: TVE, EL PAÍS y La Vanguardia. No es esta columna del ombudsman la que debe reflejar lo que en la hemeroteca del periódico está escrito en los últimos años en crónicas, artículos y editoriales sobre la problemática de Ceuta y Melilla, aunque sí queremos dejar constancia al lector de las dificultades surgidas en las últimas semanas para poder informarle debidamente.

Todo lo anterior no es obstáculo para que recojamos en estas líneas la queja de la Unión Provincial de Comisiones Obreras de Melilla, que se refiere a una información firmada por Carlos Yárnoz el pasado día 17 en la que reflejaba que el vicepresidente de Terra Omnium, Abdelkader Mohamed, que figuraba desde hace dos años como miembro de la ejecutiva local de CC OO, había decidido entregar el carné de afiliado a este sindicato porque esta organización "apoyaba en el pasado las reivindicaciones del colectivo musulmán, pero recientemente había dado un giro en sentido contrario", al tiempo que anunciaba la creación de un sindicato propio al que podrían afiliarse los no musulmanes.

José María Sánchez Jáuregui, representante de CC OO de Melilla, se puso en contacto con Yárnoz para que publicara la reacción del sindicato ante la citada información. El enviado especial de EL PAÍS no consideró oportuna la aclaración y Sánchez Jáuregui recurrió al defensor del lector para aclarar: "Abdelkader se afilió a CC OO en marzo de 1985 y dejó de cotizar en septiembre del mismo año. Su función en la ejecutiva era la de adjunto encargado de poner en orden el Lex Nova, y por razones de autopromocionarse como activista se le admitía en algunas reuniones de la ejecutiva. En esos escasos meses no hizo absolutamente nada. Por otra parte, CC OO en Melilla apoyó a los musulmanes, y pruebas periodísticas hay de que seguimos haciéndolo; pero no vamos a consentir que aparezca, dejando atrás unas reívindicaciones justas a todas luces, un movimiento promarroquí y fascista basado en la figura mística de Aoinar Mohamedi Dudu. Es contra él contra quien dirigimos nuestros dardos, en tanto ante el IMAC, Magistratura y el Central seguimos luchando por casos de musulmanes y ante la Administración planteamos la reivindicación de la auténtica igualdad jurídica entre trabajadores musulmanes y de etnia europea".

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Un claro plagio

La catástrofe de Chernobil empujó hacia Canarias a cientos de madres alemanas, que buscaron en las islas un refugio para sus hijos a la espera de que vuelva la normalidad a su país y se despeje el temor a ser afectados por la posible radiactividad. El diario de la mañana de Las Palmas, La Provincia, publicó el pasado 8 de junio un amplio y completo reportaje sobre este tema humano, firmado por el locutor de Radiocadena Española (RCE) Stefan Emmerich. Datos concretos, entrevistas y fotografías completaban una buena información. Ocho días después EL PAÍS se hacía eco también, y el corresponsal Cristóbal Peñate firmaba una crónica con los testimonios de las familias.

El reportaje de Peñate es un plagio del publicado por el periódico canario. Ha copiado lo sustancial y lo dio como propio. Ha reproducido textualmente lo que ofreció como primicia La Provincia, los nombres de los entrevistados y sus frases y el contenido de la información, sin ninguna referencia al diario y sin haber estado en el sur de la provincia para realizar el reportaje. Ante nuestra llamada telefónica, Cristóbal Peñate se disculpa y nos asegura que si bien él no hizo las entrevistas en directo, sí tuvo acceso a las hechas por el locutor y pudo escuchar las cintas grabadas. El defensor del lector también ha contactado con Emmerich, quien se muestra indignado con el representante de EL PAÍS: "Ha robado las informaciones, estoy enfadado con él. Eso no se hace. Es mentira que escuchara las cintas. Me llamó y me ofrecí para darle otros datos que le hubieran servido para hacer un reportaje parecido, pero al final no nos vimos".

En el mismo sentido se expresa Ángel Tristán, redactor jefe de La Provincia, y acusa: "No es la primera vez que Cristóbal Peñate nos refrita de esta forma evitando citar la fuente. Su comportamiento no es digno de un corresponsal de EL PAÍS".

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