Derechos y Constitución

¿Tenemos una Constitución? ¿Sí? ¿Se la ha leído usted? Creo que un demócrata de pro, como es su caso, se la deberá saber de memoría. Pero datando como data de 1978, es comprensible que algunos artículos, aunque tan fundamentales como que están reconocidos mediante el recurso de amparo, han sido olvidados por usted, como director, y por los redactores que han escrito sobre las honras fúnebres de los asesinados vilmente por el terrorismo marxistaseparatista.Léase bien, repásese bien, señor director, el artículo 1.1 de esa Carta Magna que se dio el pueblo, y verá que no cabe la discriminación ni por razones de nacimiento, de raza, de sexo, de opinión ni por ninguna otra condición o circunstancia personal o social.

Parece que no acaba de entender usted, como director, y sus redactores, como periodistas, que es lícito, que es constitucional, que existan personas que no compartan necesariamente sus opiniones, las de ustedes, y crean y defiendan una norma de sentir y unos ideales perfectamente legítimos, y es natural que, ante el execrable asesinato de un amigo o familiar, entonen himnos, sean cuales fueren, o emitan opiniones de cualqueir signo que sean. ¿Pero es que no hay libertad, señor director? ¿Es que sólo hay libertad para los que piensan -como ustedes? ¿No sería esta hipótesis, de confirmarse, un claro manifiesto, un claro ejemplo de ensayo de eliminación del adversario, exactamente como ocurre en las dictaduras?

No descalifiquen, por favor, a gentes respetables. Permítanles ustedes, exegetas de las libertades, que se manifiesten como quieran, que alcen el brazo (otros alzan el puño), que canten el Cara al Sol (un himno musicalmente perfecto), Yo tenía un camarada, etcétera. ¿No cantan otros La Internacional?

Su Majestad el Rey, en el primer discurso de la Corona, habló de reconcialiación nacional. Si ustedes no comprenden y descalifican (usando de términos como fascistas, ultras, etcétera) a españoles que lo son, al menos, tanto como ustedes, dudo mucho, señor director, de que la democracia arraigue definitivamente en España.-