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La cadena perpetua aguarda a un agente del FBI que entregó secretos a Moscú

Las lágrimas de Svetlana Ogorodnikova no conmovieron al jurado, que declaró al agente del FBI Richard Miller culpable de pasar secretos estadounidenses a la URSS. Svetlana, la ex amante de Miller, a través de la cual éste pasaba la información, dijo, llorosa, que ambos eran inocentes, pero que ella se declaró culpable porque pensó que el jurado nunca creería a una emigrada soviética.

Tras 15 semanas de testimonio y cuatro días de deliberación, las 10 mujeres y los dos hombres del jurado dictaminaron en la noche del jueves en Los Ángeles que Miller es un traidor, vendido a la URSS por sexo y dinero. La complicada historia de este agente de contraespionaje del FBI (Buró Federal de Investigación), descubierto y encarcelado en octubre de 1984, obligó a que el pasado mes de noviembre se iniciase un segundo juicio, ya que en el primero el jurado no pudo llegar a un veredicto unánime.La cárcel de por vida espera, sin duda, a Miller, quien ha sido declarado culpable de conspiración, copia y entrega a un Gobierno extranjero de documentos relativos a la seguridad nacional, y soborno. Miller, de 49 años y con 20 en el FBI, había acordado que recibiría en recompensa por su trabajo 50.000 dólares en oro (unos siete millones de pesetas) y otros 15.000 en efectivo. El jurado sólo desestimó una de las siete acusaciones, que se refería a que la entrega de un abrigo, valorado en 675 dólares, era supuestamente parte del pago por su traición.

Miller aseguró siempre que era inocente y justificó su actuación diciendo que sabía que su carrera en el FBI estaba desmoronándose y quiso darle un nuevo impulso, convirtiéndose, sin autorización, en un doble agente. Miller decía tener "fantasías de James Bond" cuando entró en contacto con su ex amante, relación que nunca negó.

Juego peligroso

Sin embargo, aunque en los interrogatorios del FBI admitió haber entregado los documentos a Svetlana, lo negó rotundamente ante los jueces. A sus colegas del FBI, Miller les contó que se preparaba a informarles de sus planes de agente doble porque Svetlana le había conseguido una cita con agentes soviéticos en Viena y consideraba que ya precisaba del apoyo del FBI para continuar con el juego.Una Svetlana llorosa se presentó ante el segundo tribunal para confesar su inocencia y la de Miller, de quien señaló que lo único que pretendía era infiltrarse en las filas del Comité de Seguridad del Estado soviético (KGB) para servir a Estados Unidos como un doble agente.

Svetlana y su marido, Nikolav Ogorodnikov, también emigrado soviético, fueron detenidos al mismo tiempo que Miller. El matrimonio se declaró culpable de espionaje en junio pasado y los dos están condenados a cadena perpetua. Sorprendentemente, durante el segundo juicio de Miller y después de complicados y contradictorios testimonios, Svetlana apareció y, contó su nueva versión, pero no, convenció al jurado.

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