Manuel Fraga intentó hasta el último momento impedir la desviación del voto hacia el PRD y el CDS
Manuel Fraga, candidato de Coalición Popular a la presidencia del Gobierno, concluyó ayer en Madrid su larga y dura campaña renovando sus intentos para evitar que el electorado no socialista se sienta tentado de votar a reformistas o suaristas. "Con todo respeto a los demás, para los que tenemos los brazos abiertos en todo momento, hay que decir que Coalición Popular es la única alternativa al socialismo; el voto tiene que ser útil", dijo Fraga, con voz enronquecida y patentemente emocionado ante la acogida del mitin popular, "de lejos, el más concurrido de todos".
Los acordes de la Sinfonía del Nuevo Mundo y un castillo, de fuegos artificiales, en un marco que pretendía ser impresionante, pusieron fin a la campaña de Manuel Fraga, vitoreado por unas ochenta mil personas, que llenaban el tramo de la calle Príncipe de Vergara comprendido entre López de Hoyos y la plaza de Cataluña. Este tramo fue cerrado al tráfico durante todo el día de ayer, lo que provocó no pocas protestas de los vecinos.Fraga, que cerró el mitin tras las intervenciones del presidente de AP en Madrid, Carlos Ruiz Soto; la candidata aliancista Isabel Tocino y los socios democristiano y liberal de la Coalición, Óscar Alzaga y José Antonio Segurado, ofreció un "amejoramiento del contrato social" para acabar "con la desconfianza y el enfrentamiento de clases o regiones, con la envidia y el resentimiento.
El líder conservador sugirió "ponemos ole acuerdo para levantar el país", y llevado de la euforia del momento, prometió soluciones para los vascos asediados por el terrorismo; para los pescadores, "amarrados a puerto", para las amas de casa "angustiadas porque no les llega para acabar el mes", para los jóvenes que tendrán "trabajo y, responsabilidad", para los subnormales, para los marginados, etcétera. "Esa España es posible, está al alcance de nuestras manos el día 22", concluyó Fraga, ya al filo de la medianoche momento en el que legalmente concluyó la campaña electoral y comenzó la jornada de reflexión de hoy.
La última parte de la campaña de Fraga, culminada anoche en Madrid, insistió en la necesidad de "no tirar votos a la basura", en el entendimiento de que éste sería el efecto de votar al PRD o al CDS, partido este último también considerado "afín" por el líder conservador.
Mensaje de esperanza
En su última intervención, Fraga siguió la habitual línea argumental de los mítines que ha venido celebrando en los últimos 21 días en 24 capitales de provincia, a lo largo de 15.000 kilómetros; sin embargo, en esta ocasión obvió referirse, contra lo que vino haciendo hasta ahora, a la no celebración del debate en televisión frente a Felipe González. De hecho, en este último mitin quiso reforzar el mensaje de esperanza aliviando algo la crítica pormenorizada a la gestión socialista.
Los organizadores del mitin habían cuidado todo hasta el último detalle: desde la traducción para los sordomudos hasta un riguroso servicio de orden que mantuviese a cada cual en su sitio, pasando por el momento en que debía pedirse a los asistentes que encendiesen sus mecheros o cerillas "para impresionar a la televisión". También habían cuidado de anunciar convenientemente las atracciones: así, el discreto grupo Mediterráneo se calificaba como "uno de los mejores grupos que pisan los escenarios de nuestro país"; la Unión Musical de Liria, compuesta por una treintena de músicos, dirigidos por Enrique García Asensio, era, en los programas, "la mayor banda sinfónica del mundo".
Nada tiene de extraño, pues, que, durante su intervención, Manuel Fraga, con palabras dictadas por el entusiasmo, dijese a los núles de presentes: "Estáis asistiendo al mayor acto político de nuestra historia".
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