El Gobierno italiano ha decretado la guerra contra el tabaco
El Gobierno italiano, empujado por el ministro de Sanidad, el democristiano Costante Degan, ha decretado la guerra al tabaco. Para ello ha aprobado un proyecto de ley que ahora deberá refrendar el Parlamento. El proyecto tiene 10 puntos y lo han titulado Los 10 dolores del fumador. El ministro hubiese deseado ser aún más drástico, pero en el Consejo de Ministros había 17 fumadores y la batalla fue dura. Por eso, en realidad se ha afirmado que el proyecto ha pasado con filtro.
Prácticamente quedará prohibido fumar en todas partes menos en la casa propia. O por lo menos no se podrá fumar si no es en los espacios reservados exclusivamente a los fumadores.La idea de la ley es la de "proteger a los no fumadores". Pero como tampoco se ha querido condenar a los amantes del cigarrillo, se ha permitido que donde sea posible se creen islas de felicidad para los viciosos. Donde esto no sea posible, o bien se deberán instalar sistemas especiales de refrigeración de aire o bien la prohibición será total.
En concreto, queda prohibido fumar en todos los lugares donde se reúnan varias personas, e incluso en los lugares privados por donde pase el público, como por ejemplo en la consulta de un médico o de un abogado o en los estudios de televisión.
En los aviones, ya que no es posible separar a los fumadores, queda prohibido fumar para todos, pero sólo en los vuelos nacionales, pensando que una hora todos pueden resistirla. Pero quizá lo más importante del proyecto de ley es que queda absolutamente prohibido todo tipo de publicidad del tabaco, tanto en la radio como en la televisión y en la Prensa. Y en todos los paquetes de cigarrillos que se vendan deberá estar escrito: "El Ministerio de Sanidad informa que el humo hace daño". Ha sido también prohibido comprar tabaco a los menores de 16 años. Los estanqueros han dicho con sarcasmo si deben pedir el carné de identidad, y el ministro,ha respondido que lo mismo ocurre ya en los cines, que es un problema de responsabilidad y de conciencia.
Multas
Las multas para los transgresores van de 2.000 a 100.000 pesetas, según el grado de responsabilidad. El dinero recaudado se empleará para una campaña de prevención contra los males producidos por el tabaco.El ministro, que en este campo ha sido muy tozudo, haciendo honor a su nombre (Constante), quiere ir más lejos. Espera poder prohibir todo tipo de cigarrillos que superen un cierto grado de nicotina y de brea, lo cual significaría en este momento prohibir prácticamente todo el tabaco nacional.
Y a quien le ha preguntado con enfado que por qué en vez de meterse con los fumadores no ha arremetido contra los bebedores, Degan ha respondido que ya tiene ese proyecto en cartera.
En este país el tabaco es monopolio del Estado, que se embolsa cada año por este concepto 5.000 millones de dólares. Por eso habrá aún pelea en el Parlamento. Pero el ministro Degan, que hasta hace un año era un fumador empedernido y ahora es un convertido, prepara ya las uñas. Está dispuesto a movilizar a médicos y científicos. Y ya se sabe que en este campo los expertos no suelen ser tiernos, y cuando empiezan a sacar sondeos y cifras de las víctimas del tabaco logran poner la carne de gallina hasta a los más insensibles. Aunque los fumadores empedernidos tampoco se van a callar. Hay quien ha desenterrado ya al mismísimo Freud, quien solía decir, ya enfermo de cáncer en la garganta: "Me siento mejor cuando dejo de fumar, pero también soy menos feliz".
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