La presión fiscal sobre la vivienda
Resulta curioso que, dentro de la vorágine de promesas electorales, los partidos hablen de no elevar la presión fiscal o bien reducirla, pero refiriéndose únicamente al IRPF o el IVA, sin que nadie recuerde que los ciudadanos pagamos otros impuestos mucho más directos y que penalizan uno de los derechos constitucionales, como es el disfrute de una vivienda digna. ¿Acaso la Contribución Territorial Urbana (CTU) y otros tributos o tasas de carácter local no forman parte de la excesiva fiscalidad que soportamos? Se habla de que el aumento fiscal no superará el 8%, pero se ha autorizado un incremento del 20% para todos los valores catastrales que no hayan sido revisados, lo que comporta, además del propio aumento, automáticamente la consideración de mayores ingresos en el momento de efectuar la declaración sobre la renta. El propietario de un modesto piso con un valor catastral de tres millones de pesetas resulta que ha ganado 90.000 pesetas, aunque no las haya percibido.¿No habrá llegado ya el momento de que la CTU, igual que antaño, sea un impuesto a cuenta del IRPF?
En Madrid se protesta y se recogen firmas contra el incremento de la Contribución Urbana, que es de un 42%. Puede servirles de consuelo a los residentes en la villa y corte el saber que en Barcelona, entre el año anterior y el actual, el aumento ha llegado al 90%.
Los esfuerzos y sacrificios de quienes accedieron a la propiedad de una vivienda, se ven ahora castigados.
Y es aún más evidente otra injusticia, la de los alquileres congelados, de modo que pisos señoriales satisfacen menos de renta que las exacciones fiscales soportadas por el flamante propietario. La propiedad inmobiliaria tiene el handicap de su fácil localización por el recaudador, y sobre ella llueven en cascada toda clase de bagatelas. Recordemos que la vivienda soporta el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (derechos reales), el de Incremento del valor de los terrenos (plusvalía), el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (3% sobre el VC), el Impuesto del Patrimonio, Impuesto sobre herencias y donaciones, el de Contribución Territorial Urbana y las Tasas y arbitrios municipales. Hay que confiar en que el Gobierno que salga de las elecciones se acuerde de corregir estos entuertos, aunque por lo visto hasta ahora todos seamos más bien pesimistas.-
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