La carretera de Burgos cambia de vida los días festivos

La Nacional I, de Madrid a Irún, conocida como la carretera de Burgos, tiene dos caras. Una es la que ofrece en días laborables, con congestiones diarias a primeras horas de la mañana, entre los kilómetros 8,5 y 17, a causa de los vehículos procedentes de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes -con una población de 115.000 personas-. Su segunda cara puede verse los domingos por la tarde, cuando se colapsa entre el kilómetro 35 y el 60 por los vehículos de quienes vuelven a la ciudad tras haber pasado el día en la zona de La Cabrera.

La carretera de Burgos nace en la actualidad en el nudo de Manoteras, después de que el continuo crecimiento de la ciudad obligara a ir alejando el comienzo de la vía hasta las afueras de Madrid. Su arranque es el único de todas las carreteras nacionales que río tiene tres carriles por cada sentido. A cambio, intenta paliar los problemas de capacidad con los dos carriles y la vía de servicio que posee por cada sentido hasta el llamado convento de los dominicos de Alcobendas -aunque esté en el término de Madrid- y con la comunicación que tiene la carretera con Fuencarral. Pero no es en este tramo en el que, según los técnicos, se crean los principales problemas, sino en el comprendido entre el kilométro 8,5 - donde la carretera pierde sus vías de servicio- y el 17, pasado San Sebastián de los Reyes.Los dos carriles por calzada entre ambos puntos se revelan insuficientes cuando, cada mañana, miles de vehículos salen hacia Madrid desde Alcobendas y San Sebastián de los Reyes, con una población conjunta de 115.000 personas. La aglomeración de automóviles es tan fuerte que, frente a una intensidad media diaria en toda la carretera de 29.000 vehículos, en los primeros 10 kilómetros de la vía se llega a registrar una media diaria de 90.000 automóviles.

Retenciones

Los días laborables, a primera hora, se producen retenciones, al no existir vías alternativas aceptables. La congestión sufrida entre el convento de los dominicos y San Sebastián de los Reyes no desaparecerá hasta que se cumplan los proyectos del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo que prevén el aumento de un carril por sentido entre el nudo de Manoteras y Alcobendas.

La otra cara de esta vía, que tiene un firme aceptable, un mal trazado y un tráfico muy variable según los tramos, se muestra los festivos. La congestión se produce entonces por la tarde, y no en el punto habitual, sino desde el kilómetro 60 hasta el kilómetro 35, al no tener la carretera más que un carril a partir de San Agustín de Guadalix.

La preferencia de los usuarios de esta vía en domingo se inclina por la zona de La Cabrera, Torrelaguna, Patones y Buitrago, por un lado, y Rascafría y Lozoya por otro. Ello hace que al regreso confluyan en la carretera hasta 12.000 vehículos por hora, cuando el carril se satura, a partir de los 1.200 vehículos. La salida, sin embargo, se produce a lo largo del viernes por la tarde, sábado por la mañana y domingo por la mañana. El tercer y último punto en el que hay retenciones es a la altura del circuito del Jarama (kilómetro 28), aunque en éste sólo haya problemas los días en que se celebran competiciones deportivas.

Queda, por tanto, esperar a que la situación actual se solucione en parte con la terminación del desdoblamiento de calzadas entre San Agustín de Guadalix y Venturada. El tramo desde Venturada hasta Somosierra no mejorará, sin embargo, hasta que el proyecto de convertir la carretera de Burgos en autovía se convierta en realidad.

Vías alternativas

Para paliar la congestión en días festivos algunos automovilistas utilizan como vía alternativa la que desde Venturada (kilómetro 50) se desvía hacia Torrelaguna, para salir a la C-100, que comunica Talamanca del Jarama con Algete. Pero es poco utilizada. Algo similar ocurre con la vía, que desde Alcobendas llega a Barajas.