Los productores de café de Latinoamérica intentan frenar la caída de los precios

Los países cafeteros latinoamericanos, entre los que se encuentran los dos mayores productores del mundo, Brasil y Colombia, se reunieron en Bogotá para buscar mecanismos que frenen el brusco desplome de los precios internacionales del grano y, además, analizar las alternativas a adoptar ante el gran déficit de la oferta que se presentará el próximo año.Representantes de Brasil, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México y Nicaragua se sentaron alrededor de la mesa de la Federación Colombiana de Cafeteros y concluyeron que la abrupta caída de precios del grano es producto de maniobras especulativas de los compradores en las bolsas de Londres y Nueva York.

La libra (453 gramos) de café colombiano se cotizó durante el primer trimestre de este año entre 2,80 y 2,40 dólares como precios máximo y mínimo.

El grano brasileño, a su vez, logró cotizarse internacionalmente durante los tres primeros meses de 1986 entre 3,29 y 2,60 dólares la libra. Sin embargo, en las últimas semanas cayó el precio, situándose este miércoles en la Bolsa neoyorquina a 1,94 dólares para el café de Brasil y 1,86 para el colombiano.

Esta situación alarmó a los productores latinoamericanos, que cifran sus esperanzas de recuperación económica en la persistencia de los buenos precios del café, iniciada a finales del año pasado y abruptamente interrumpida esta semana.

La mayoría de los exportadores cafeteros obtienen un alto porcentaje de sus divisas, en muchos casos superior al 50% del total, por la venta de grano en el exterior.

Los dos grandes, Brasil y Colombia, llegaron a un compromiso para no comercializar su café por debajo de los 2,20 y 2,40 dólares por libra, respectivamente.

El gerente de la Federación de Cafeteros de Colombia, Jorge Cárdenas, explicó que el acuerdo establecido con Brasil pretende "dar claridad al mercado para evitar manipulaciones".

A pesar de esta decisión la tendencia a la baja continúa y el acuerdo no parece haber surtido el efecto buscado

'Declaración de Bogotá'

Los ocho productores latinoamericanos emitieron un documento tras la reunión denominado Declaración de Bogotá, en el que acordaron colocar su grano en los mercados mundiales "de manera ordenada", ya que los embarques realizados durante los siete primeros meses del año cafetero, que va de octubre a octubre, fueron muy superiores a las necesidades reales de los consumidores. No obstante, no precisaron en qué consistía el nuevo ordenamiento en la comercialización.En la reunión de la capital colombiana analizaron las perspectivas para el año cafetero 1986-1987, para el que las proyecciones establecen una escasez preocupante de la oferta, debido a las malas y tardías cosechas.

Brasil se vio afectado nuevamente por las heladas y perdió casi la mitad de su cosecha, y los países centroamericanos y México tuvieron un retraso en la recolección a causa de problemas climáticos.

Colombia se salvó aparentemente de las dificultades y se perfila como el único país que puede cubrir el déficit del próximo año, calculado en siete millones de sacos de 60 kilogramos cada uno.

"La mayoría de los países agotará sus existencias en el curso de 1986-1987 y los inventarios disponibles quedarán reducidos básicamente a Colombia", señaló la Declaración de Bogotá. Los productores colombianos tienen almacenados 9,5 millones de sacos, que pueden ser utilizados para tapar el hueco de siete millones que se prevé.