El final del absentismo político catalán en España
La victoria socialista de 1982 supuso no tan sólo la consolidación democrática y el inicio de las inaplazables transformaciones para situar a España en la hora europea, sino que fue también un hito histórico en la incorporación de políticos socialistas catalanes al Gobierno de España. Éste es el principal argumento del artículo de Narcís Serra, en el que se destaca la proyección y apertura de Cataluña hacia la política española que ha empezado a ser realidad desde hace escasamente cuatro años.
En nuestra historia reciente, la fecha del 28 de octubre de 1982 debe ser clasificada en el apartado de las grandes efemérides, entre aquellas que dejan su impronta en una época. Así, a cuatro años vista, aparece como incuestionable identificarla con el final de la transición y el inicio de la fase de consolidación democrática en España. Y ello por cuanto en aquellas elecciones generales el pueblo español reafirmó de manera inequívoca su voluntad de proseguir en la andadura de las libertades y del Estado democrático de derecho. Una participación electoral récord -sobrepasando el 80%- y una espectacular afluencia de voto hacia la oferta que mejor garantizaba la realización de estos deseos, reflejaron claramente esta actitud popular.
Erradicar inercias
Como consecuencia, hubo otro hito importante: por primera vez en la historia se constituye en España un Gobierno socialista con amplio respaldo mayoritario del Congreso y del Senado, condición necesaria para que aquí y ahora sea posible llevar a cabo, con decisión y coherencia, las inaplazables transformaciones para erradicar de España inercias y rutinas seculares, situarla en la hora europea y modernizar sus estructuras preparando al país ante los grandes retos de un futuro que ya ahora es presente.Y en este contexto, otro hecho totalmente inédito: por primera vez en la historia, un número significativo de catalanes -de catalanes socialistas- asume altas responsabilidades de Estado, modificando de raíz la habitual actitud absentista de los catalanes en el escenario de la alta política española. Por primera vez -y con un Gobierno socialista- los catalanes contribuyen directamente y de forma destacada a las tareas del gobierno de España. Por primera vez Cataluña ha dejado de estar alejada y ausente. Por primera vez Cataluña ha empezado a influir y a tener peso específico en los centros de decisión política que afectan a todo el país.
Y este protagonismo de los socialistas catalanes en las múltiples tareas de gobierno se ha realizado manteniendo nuestro propio talante y desde nuestra profunda catalanidad, convencidos de que trabajar al servicio de toda España es también trabajar al servicio de Cataluña. Y se ha hecho también desde la opción de progreso, de modernidad, de lucha por las libertades, por la igualdad, por todos aquellos valores consustanciales con el pensamiento y la práctica socialista. No se ha tratado únicamente de contribuir a una acción de gobierno, sino además de cooperar en una acción de gobierno cuya finalidad es la transformación de nuestra sociedad hacia un modelo más justo, más libre y que alcance las máximas cotas de convivencia y tolerancia.
Haber contribuido a afianzar las instituciones democráticas con la preeminencia del poder civil, a sustituir el clima de temor por la normalidad de la vida cotidiana, a iniciar la superación de la crisis mediante una política económica seria y responsable, a promover medidas y acciones para una distribución más justa y equitativa de los bienes y servicios de uso colectivo, al avance de la consolidación del Estado de las autonomías, a orientar la política exterior española hacia una mayor presencia en los distintos escenarios mundiales y que ha culminado con el trascendental acontecimiento de nuestra integración en Europa... En resumen, haber contribuido a normalizar y modernizar al Estado y a toda la sociedad española significa haber contribuido a que también en Cataluña la sociedad y las instituciones hayan podido desenvolverse en un marco amplio de libertades y pluralismo.
Apertura
Así pues, esta proyección y apertura de Cataluña hacia la política española ha empezado a ser realidad desde hace escasamente cuatro años, dejando reducidas a la categoría de puro tópico las afirmaciones según las cuales la condición de catalán era un obstáculo para acceder a las altas responsabilidades de gobierno o bien que los catalanes sentían alergia por la política de Estado.Si en la próxima consulta electoral, como esperamos, el veredicto de las urnas concede de nuevo a los socialistas el suficiente respaldo popular y parlamentario para proseguir y culminar la ingente tarea iniciada a finales de 1982, los socialistas catalanes seguiremos asumiendo nuestra cuota de responsabilidad. Cataluña -la Cataluña solidaria con los otros pueblos hermanos- seguirá estando presente en el gobierno de España.
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