El 'grupo de notables' de la Commonwealth dictamina que sólo las sanciones pueden evitar una catástrofe en Suráfrica

El grupo de notables que, durante meses y por encargo de la Commonwealth, ha tratado de buscar una solución a la crisis surafricana considera que sólo la aplicación de sanciones contra el régimen de Pretoria puede evitar una catástrofe en Suráfrica. El grupo de personas eminentes, presidido conjuntamente por el ex primer ministro australiano Malcolm Fraser y el ex presidente de Nigeria general Olasegun Obasanjo, fue creado el pasado otoño, en un intento de conseguir la apertura de un diálogo entre los nacionalistas del Congreso Nacional Africano (ANC) y Pretoria.

En la práctica, el establecimiento del grupo constituyó un aplazamiento durante seis meses de una decisión final de los países de la comunidad británica de naciones sobre la aplicación de sanciones económicas contra Suráfrica ante la oposición de la primera ministra, Margaret Thatcher, al tema de sanciones totales.Thatcher cree que las sanciones, como en el caso de Rhodesia, no servirían para nada más que para que el Gobierno surafricano acentuara la represión contra la mayoría negra y que, al mismo tiempo, pondrían en peligro el comercio entre el Reino Unido y Suráfrica, con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo en la industria británica.

El informe, filtrado ayer por los medios de comunicación londinenses, aunque oficialmente no será publicado hasta hoy, es totalmente pesimista sobre las posibilidades de una salida pacífica para Suráfrica y afirma que sólo "una acción coordinada" por parte de la Commonwealth y del resto de los países de la comunidad internacional puede evitar lo que califica de "suerte terrible" que de otra forma espera a las comunidades de Suráfrica.

Los miembros del grupo han enviado el informe a los jefes de Gobierno de la Commonwealth, así como a la reina Isabel II, como cabeza de la organización, junto con el intercambio de cartas que la misión ha mantenido recientemente con el ministro de Asuntos Exteriores surafricano, Roeloef, Pik, Botha, de cuyo contenido deduce la misión "de forma inequívoca que nuevas conversaciones no conducirían a ninguna parte en las actuales circunstancias".

Entrevista con Mandela

El grupo celebró varias conversaciones con miembros del Gobierno surafricano y con la dirección del ANC exilida en Lusaka, capital de Zambia, y en una ocasión pudo entrevistarse con el dirigente nacionalista Nelson Mandela, que sufre una condena a cadena perpetua desde hace 24 años en una prisión de Ciudad del Cabo.Su objetivo era establecer unas bases que permitieran el diálogo entre los nacionalistas y los gobernantes blancos, y para ello presentaron unas propuestas a ambas partes que, sustancialmente, consistían en la liberación de Mandela y la legalización del Congreso Nacional Africano a cambio de una suspensión temporal de la violencia por parte del ANC.

Los ataques surafricanos a unas pretendidas bases nacionalistas en Zimbabue, Zambia y Botsuana hicieron saltar por los aires las esperanzas de un entendimiento a través de los buenos oficios del grupo.

El informe refleja, en cierto modo, la desesperanza de los notables cuando manifiesta que "es imposible entender la motivación del afrikaner [descendiente de holandeses]". "El Gobierno insiste en afirmar que los derechos políticos y económicos deben ser ejercidos a través de los grupos raciales. Si realmente ése es el objetivo último del Gobierno surafricano, ese Gobierno debe darse cuenta de que ningún líder negro auténtico aceptará esas premisas en una negociación real", dice el informe.

El documento será discutido en una reunión de siete jefes de Gobierno de la Commonwealth, entre los que se encuentran Thatcher, Rajiv Ghandi, de la India, y el presidente Kenneth Kaunda, de Zambia, que se celebrará en Londres los días 3 y 4 de agosto. El objetivo de la reunión será decidir sobre la aplicación de sanciones y qué extensión tienen esas sanciones.