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Crítica:'POP'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La juerga de The Blow Monkeys

En el reciclaje continuo de la música popular contemporánea, la nueva generación de artistas y bandas británicas ha optado preferentemente por seguir, adorar y desarrollar el sonido soul de los sesenta, magnífico e irrepetible.Esta corriente renovadora, que no revolucionaria, tan en boga desde que comenzó la década presente, se ha acentuado hasta el punto de convertirse en una fórmula de contestación a la onda rockera que ya predomina, fuera de las islas, en varios países europeos -Suecia, Alemania o España-, en Australia y en Estados Unidos.

The, Blow Monkeys, nacidos de esa inquietud general de los grupos británicos por sonar en pop con una imagen y una instrumentación muy mimadas, quieren contribuir, por el momento, con su estilo sonriente y juguetón a la música de este tiempo.

Concierto de The Blow Monkeys

Dr. Robert, voz y guitarras; Neville Henry, saxo; Tony Kiley, batería, y Mick Anker, bajo, acompañados de Marius de Vries, teclados; Steve SideInyk, percusión, y SyIvia Masonjames y Berníta Turner, coros.Sala Universal, 5 de junio.

Dr. Robert, guapo y esbelto, es un artista ingenua y divertido que posiblemente sorprenda un día con canciones que todo el mundo tararee y con un entorno espectacular que muchos imiten. Por el momento parece decidido a pasárselo bien en sus conciertos a base de canciones nada sencillas y muy rítmicas y de un comportamiento en escena desenfadado y risueño.

Ánimo

La canción mágica Digging your scene, que le ha servido a esta banda para recorrer varias ciudades europeas, levantó el ánimo de los espectadores madrileños, más contemplativos que participativos durante la primera parte de la actuación. A partir de ahí, los Blow Monkeys convirtieron su espectáculo, limitado a la interpretación sobria de su repertorio, en juerga particular e idónea para quienes simplemente deseaban bailar.Robert Howard, que así se llama, cómico e incluso ganso, tocaba a menudo su guitarra más bien como instrumerito, de pega, y en una ocasión no advirtió que ni siquiera estaba enchufada.

No es músico soberbio, sino peculiar, y se expresa con más nervio y destreza con la guitarra acústica para temas como Animal magic. Como otras formaciones de este soul tan blanqueado y tan británico, recurren a los saxos o arreglos de viento o a los coros de cantantes negras que añaden las notas más primitivas y auténticas del estilo.

Informal

La actuación medida que derivó en informal, en menos profesional, acrecentó el entusiasmo del público. Éste se admiró en el primer bis, de graciosa aparición del bello y alto intérprete enmelenado por un negro y rizado pelucón del grupo de The Blow Monkeys.Dr. Robert se lió a guitarrear cual rockero duro y vacilar a sus músicos y, sin embargo, compañeros de bromas, quienes se habían enrollado una toalla moruna en sus testas. Entonces todos aplaudieron y danzaron satisfechos de tantos ademanes espontáneos, de tanta percusión contagiosa, de tanta juerga musical.

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