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El Gobierno atribuye al 'caso Waldheim' la caída del turismo en Austria

El daño que la candidatura de Kurt Waldheim a la presidencia de la República ha causado a la imagen de Austria en el exterior es, sin duda, muy grande, pero no cuantificable. Sí lo son, en cambio, las repercusiones económicas de este deterioro de imagen provocado por el escándalo en torno al pasado en el Ejército del III Reich del candidato conservador a la presidencia y ex secretario general de las Naciones Unidas. El Gobierno atribuye al caso Walheim la caída del turismo norteamericano en Austria y prevé daños en el comercio.

El ministro de Comercio y vicepresidente del Gobierno, el liberal Norbert Steger, ha facilitado, cuando ya se puede medir por horas la distancia que hay a las elecciones del domingo, algunas de las primeras cifras sobre dichos daños. Los perjuicios más inmediatos se han dado ya en el turismo, una de las principales fuentes de ingreso del Estado austriaco, y se da por seguro que también afectarán al comercio exterior. Steger ha anunciado una espectacular reducción del turismo norteamericano.Toda Europa sufrirá este año una caída en las visitas turísticas de norteamericanos debida a la baja cotización del dólar y al temor a acciones terroristas que se ha propagado en Estados Unidos. No obstante, el ministro de Comercio ha expresado su convicción de que, en gran medida, el hundimiento del mercado norteamericano para el turismo austriaco, que este año es ya irreversible, según dijo, se debe al escándalo Waldheim.

Ayer se supo que Francia ha recabado ya oficialmente información sobre el pasado de Waldheim. Las autoridades militares francesas en Berlín Oeste disponen, al parecer desde hace años, de un informe sobre el candidato conservador austriaco, y París ha anunciado que espera hacerlo público antes del domingo. Israel ha enviado al jefe del departamento de información del Ministerio de Exteriores, Dov Schmorak, a una gira europea para intentar formar un frente común de Gobiernos contra Valdheini.

Amenazas pendientes

El secretario de Justicia de EE UU, Edwin Meese, ha anunciado una próxima decisión sobre la propuesta de un departamento de su ministerio para prohibir la entrada en el país al ex secretario general de la ONU. Un excéntrico empresario judío-francés ha anunciado la creación de un comando para asesinar a Waldheim si sale elegido.Todas estas noticias crean un panorama poco tranquilizador, y muchos en Austria comparten la preocupación del ex canciller socialista Bruno Kreisky, que recuerda a sus compatriotas que, después de la jornada electoral del día 8, vendrán un día 9 y un día 10 y hasta seis años en que el país deberá vivir bajo el máximo representante elegido.

Que el presidente de la patronal, Rudolph Sallinger, del Partido Popular, asegure que, para la conquista de mercados en el mundo Austria necesita una persona con renombre y prestigio internacional como Waldheim, suena como una broma en todas partes menos en Austria, donde, debido a una postura unánime de la Prensa de mayor difusión en favor del candidato conservador, parece no existir conciencia de cuál es realmente hoy, tras sus silencios, mentís y rectificaciones, la imagen en el exterior del ex secretario general de la ONU.

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El austriaco medio considera que los ataques contra Waldheim son una calumnia del Congreso Mundial Judío con la que se quiere responsabilizar a todos los austriacos que vivieron la guerra. Los estrategas del Partido Popular y el propio Waldheim han recurrido a la manida teoría de la conjura judía internacional y fomentado el antisemitismo conscientemente. Todos los sondeos pronostican que la estrategia ha tenido éxito.

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