_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Diferencias

Existen parejas que se sienten muy unidas porque a ambos les encanta el champaña y una determinada pieza musical. Esta clase de coincidencias es tan grata que en ocasiones hace pensar a los amantes que, sin duda, algo providencial -a lo que no podrían sustraerse- ha patrocinado la oportunidad de su unión.Pero el caso contrario también es cierto. Hay parejas que, aun ensambladas por una comunicación que se podría tener por sólida, arrastran toda si¡ vida la pena de no poder compartir un café -dado que ella prefiere la manzanilla-, no pueden disfrutar de un baile puesto que mientras a ella le apasiona la danza en él se asocia con la peor estarripa de sí mismo o no se avendrán jamás en la playa, porque mientras a uno le complace el baño y los actos del bronceado el otro padece fotofobia y sufi-e erupciones a causa de la radiación solar. Resulta muy triste esta clase de desacuerdos y no infrecuentemente la ajenidad que suscitan amanece en el encono de cualquier discusión. Unirse a alguien es un sortilegio para reunirse consigo mismo. Y podría agregarse que, especialmente, para reunirse con lo peor de uno mismo. Es de esta manera como la deficiencia queda mejor legitimada y se aprecia de verdad la compañía.

Es decepcionante, por ejemplo, que el otro de la pareja presuma de muy buena salud cuando uno mismo siente que el estado habitual del ser humano, y aun de la escena mundial, es hallarse ocupado por la enfermedad. En ese supuesto, la parte que ptesume,de no haber tomado una aspiriría en su vida no aparece como un ser envidiable, sino como un idiota total. Estas cosas, llevadas en secreto, minan mucho las relaciones, pero mucho peor es cuando, en un arrebato, se pretenden defender. Inmediata-mente se descubre que bajo la preferencia por la chirimoya, el odio al tabaco o la incomprensión del insomnio y la afición al fútbol radica toda una concepción del bien, del mal, del respeto que merecen unos individuos frente a otros y de la idea que se tiene acerca del sexo y de la muerte. Hay ya muchas parejas que tras una conversación de sobremesa no vuelven a dormir juntas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_