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Los siete tripulantes del 'Challenger' murieron por negligencia de la NASA

Francisco G. Basterra

La negligencia y la burocracia de la NASA, que permitió que continuaran lanzándose los transbordadores espaciales sin corregir fallos conocidos como potencialmente catastróficos, provocaron la explosión del Challenger el pasado 28 de enero sobre cabo Cañaveral. Esta es la conclusión global del informe, de la comisión presidencial que ha investigado durante más de cuatro meses el mayor desastre de la carrera espacial norteamericana. El documento fue filtrado a la Prensa, y se presentará a Ronald Reagan el viernes y al público el próximo lunes.

El informe es, según fuentes próximas a su elaboración, "la historia de un accidente que no tuvo por qué ocurrir". El fallo inmediato está localizado en defectos de diseño en las junturas de uno de los cohetes propulsores, deficiencia que pudo haberse- solucionado si la agencia espacial hubiera tomado precauciones.El presidente, que ha reiterado que EE UU seguirá explorando el espacio, está a punto de decidir si a o no luz verde a la construcción de un nuevo transbordador espacial, a un coste de 3.000 millones de dólares (unos 435.000 millones de pesetas). Este país, tras una serie de fracasos en sus lanzamientos espaciales, se encuentra actualmente sin capacidad de colocar satélites en el espacio, lo que afecta sensiblemente a la seguridad nacional, y sin vuelos del shuttle (al menos interrumpidos hasta julio de 1987). Al mismo tiempo, hay problemas para continuar el programa de investigación sobre la guerra de las galaxias.

Reagan tendrá que definir los objetivos de una nueva política espacial, como hizo Kennedy cuando hace 25 años anunció que EE UU situaría a un tripulante en la Luna. La comisión nacional del espacio acaba de concluir un informe que prevé la colonización de la Luna y de Marte con transbordadores espaciales.

Aunque la causa directa de la explosión del Challenger y la muerte de los siete cosmonautas, entre ellos la primera maestra en el espacio, Christa MacAuliffe, fue un fallo en las junturas del cohete propulsor derecho de combustible sólido, la comisión determinará, según fuentes próximas a la misma, que "el accidente no hubiera ocurrido nunca sólo por ese motivo". Pasa a la página 3

La NASA encubrió los fallos en las junturas de los cohetes espaciales detectados ya ocho años antes del accidente

Viene de la primera páginaUna dirección de la agencia espacial norteamericana más responsable habría solucionado este problema, que fue detectado -existen pruebas por escrito- en 1978, tres años antes de que se lanzara el primer transbordador espacial. El presidente de la comisión ha llegado a decir, que la NASA prácticamente encubrió las, pruebas de los defectos de diseño que originaron el desastre. "Las junturas de unión de los cohetes no estuvieron bien desde el día en que se fabricaron", afirmó un miembro de la comisión investigadora.

El informe de 200 páginas de la comisión, que ha presidido el ex secretario de Estado William Rogers, no contiene revelaciones espectaculares y huye en principio de denunciar nombres, pero muestra la inevitabilidad de lo sucedido: una explosión a nueve millas ole altura sobre el Atlántico que conmocionó a EE UU y puso de manifiesto las limitaciones de la tecnología avanzada de la primera superpotencia. El informe recomendará una completa reorganización de la NASA, sobre todo en. el proceso de toma de decisiones, para asegurar que las preocupaciones de los ingenieros y los técnicos lleguen hasta los ejecutivos y sean tenidas en cuenta por éstos.

Centralización

El documento recomendará también que los propios cosmonautas y los fabricantes del transbordador espacial aprueben los lanzamientos; una mayor centralización de la agencia espacial para que la sede de Washington controle mejor los centros de Houston, Florida y Alabama, que tienden a convertirse en feudos independientes; criterios más estrictos en el diseño de los cohetes propulsores y, en el control de calidad de la producción de los transbordadores (la NASA, ha reducido en un 70% el número de personas que se ocupan del control de calidad). El informe recomendará también que se estudie un sistema de escape que permita a los cosmonautas abandonar la nave.

El catastrófico lanzamiento del Challenger se produjo a pesar de que los ingenieros fabricantes de los cohetes propulsores de combustible sólido -los dos grandes cigarros que la nave espacial lleva pegados al depósito de combustible, principal- advirtieron que los famosos O-rings que sellan las junturas de unión de los distintos segmentos del cohete habían perdido elasticidad a causa de las temperaturas bajo cero reinantes en la madrugada previa a la cuenta atrás. Estos anillos sintéticos tienen como misión impedir que los gases de la combustión de los proulsores salgan al exterior.

Cincuenta y nueve segundos después del despegue, una lengua de fuego, como una pluma, apareció en una de las junturas de unión del cohete derecho, tal como se vio en las imágenes de televisión. Finalmente, el fuego alcanzó el gigantesco depósito naranja externo de combustible, una verdadera bomba colgada de la panza de la aeronave, que estalló.

El informe explicará que la NASA enterró en problema en montañas de papel y siguió adelante. "Vuela y no pasa nada", era lafilosofía que condujo al desastre y que ha descrito un miembro de la comisión investigadora el físico Richard Feynman: "Se sugiere que para el vuelo siguiente el riesgo ya no es tan grande y podemos deducir las precauciones un poco, ya que nos salió bien la vez anterior. Es como una ruleta rusa".Fallos reiterados

Después del accidente, las junturas de los cohetes propulsores fallaron en las ocho ocasiones en que fueron probadas, en condiciones que simularon los 3,3º de temperatura en Florida la madrugada previa al lanzamiento.

Pero aún queda por saber, y esto es algo que probablemente no descubra el informe, cómo, conociendo todos estos problemas a lo largo de años, la NASA seguía lanzando los transbordadores espaciales. Un ex director de seguridad de la agencia espacial estadounidense lo explica de este modo: "Había presión social. Miles de niños estaban esperando la primera lección desde el espacio. Había presión de la Prensa, y los responsables sintieron que si no lanzaban recibirían informaciones muy desfavorables por los retrasos. Y también existía una presión comercial: el cohete europeo Ariane estaba situando objetos en el espacio a un precio más bajo. Eran presiones sutiles, pero afectaron a la NASA".

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