Irlanda y Argelia empatan con sendos, goles tras saques de falta

ENVIADO ESPECIALArgelia e Irlanda del Norte empataron ayer a un gol, se repartieron también la pobreza del juego y fueron culpables a medias del aburrimiento generalizado en el segundo partido del grupo D. Eso sí, cada equipo acumuló sus deméritos con sus diferentes características. Los irlandeses apenas poseen más armas que la fuerza y el riesgo que asumen sin complejos cuando le entran al contrario, al balón o a ambos juntos. Los argelinos sólo dejaron ver ciertos detalles de calidad en sus extremos Assad y Madjer, pero ninguno de ellos debería estar capacitado para poner en peligro la continuidad de España.

Miente quien afirme que del partido Irlanda-Argelia no se sacó nada claro. 90 minutos en el estadio Tres de Marzo de Guadalajara han bastado para saber que ninguno de estos dos equipos va a ganar el Mundial. Más aún, es seguro que tampoco llegarán a la final. Este pequeño detalle probablemente no sea suficiente para llevar la serenidad a la selección española, algo perdida tras la lesión de Maceda. Pero si a ello se le añade un segundo matiz, que ni irlandeses ni argelinos debieran suponer una amenaza para un equipo serio, Miguel Muñoz y sus hombres, presentes ayer en el campo, podrían comenzar a jugar al fútbol y a lograr sin mayores problemas su clasificación para octavos de final.

Irlanda encontró pronto el camino del gol, en un lance afortunado, tras rematar con fuerza Whiteside el saque de una falta.

Irlanda intentó aprovechar el desconcierto de Argelia y pudo rematar el partido en un par de acciones de ataque, que al final no pudo materializar, fundamentalmente una, en el minuto 15, en la que Medjadi sacó bajo los palos un remate de Hamilton que parecía no tener más destino que la red.

Argelia sólo se dejó ver en un precioso taconazo de Madjer, jugador que actúa en el equipo portugués del Oporto, que abrió un buen pasillo por la derecha para el otro extremo, Assad, pero la defensa irlandesa estuvo lista y acertó a despejar a comer. Pero Madjer, el mejor jugador africano, al encontrarse sorprendentemente Bellumi, la estrella del equipo, en el banquillo, quedó fuera de combate pocos minutos después en un encontronazo de cabeza con Donaghy.

En el segundo tiempo, Argelia intentó al menos con cierta dosis de voluntad llegar al empate, y lo alcanzó también como consecuencia del saque de una falta al borde del área. Los irlandeses daban en esos momentos toda la imagen de un equipo confiado, convencido de que la fortaleza física de sus defensas sería suficiente para mantener el gol de Whiteside. Cuando se dieron cuenta de que el partido más fácil del grupo se les escapaba, todavía lo hicieron peor, porque entonces demostraron no tener recursos futbolísticos suficientes para imponerse, más allá de los saques largos del portero Jennings -que superó el récord de selecciones, con 117 partidos-, y de algunos balones coleados sobre el área argelina.