Los directores de las cajas de ahorro se preparan para disputar el poder a los futuros presidentes
Los directores de las cajas de ahorro, en quienes ha residido hasta ahora la mayor parte del poder dentro de este largo tercio del sistema financiero, se preparan para conservarlo ante los presidentes que surjan en otoño del proceso electoral. El proyecto de estatutos de la Confederación Española de Cajas de Ahorros, (CECA), que será debatido desde hoy por la asamblea del sector, velará para que dichos presidentes no obtengan en ningún caso mayoría de dos tercios en el gobierno de la confederación.
La pérdida de poder por los directores de las 77 cajas será una de las principales novedades de la renovación de sus órganos rectores, junto a la mayor influencia que tendrán en las asambleas y consejos los ayuntamientos y las comunidades autónomas. Además de bajar su edad de jubilación de 70 a 65 años, la ley de órganos, rectores aprobada hace un año, gracias a la cual todas las cajas deben aprobar en las próximas semanas sus estatutos y renovar en otoño las asambleas y consejos, quita a los directores el voto en el gobierno de cada entidad y en la asamblea de la CECA.Por la nueva ley, sólo tendrán voz y voto los directores que lleguen al consejo de la CECA, al frente del cual habrá un presidente de caja, no un director, como ahora ocurre.
Jubilaciones millonarias
Ya a finales del 1985, los directores empezaron a tomar posiciones, principalmente con la redacción de contratos que prevén fuertes indemnizaciones en casos de despido o jubilación, a veces superiores a los 100 millones de pesetas. Un nuevo paso ante el temor a ser masivamente desplazados por los futuros presidentes está previsto para esta semana, con motivo de la aprobación en la asamblea general de los estatutos de la CECA.De los presidentes de cajas que asistirán a la misma desde el martes al jueves próximo, casi todos deberán cesar en sus respectivas cajas con motivo del proceso electoral, por el nuevo tope de ocho años en el puesto o por tener más de 70 años, nueva edad de jubilación para ellos. Sólo los directores podrán aspirar a estar presentes en la asamblea o en el consejo de la confederación, con cuya renovación -en el primer trimestre del próximo año- culminará el proceso electoral.
Por ello, los redactores del proyecto de estatutos de la CECA, analizado ayer por el consejo de la confederación, se han esmerado en concretar los procedimientos para que los futuros presidentes -la mayoría personas que merezcan confianza a los ayuntamientos y a las autonomía- alcancen como máximo los dos tercios en el consejo de la confederación. Formalmente, los directores estarán sometidos a la misma reserva, aunque dificílmente podrán alcanzar tanta representación.
El proyecto de estatutos prevé que si cualquiera de las representaciones de presidentes o directores llega a los dos tercios en el consejo será la asamblea de la CECA la encargada de elegir por votación el resto de las vacantes, no las cajas de cada comunidad autónoma. Este consejo, del que desaparecen los cuatro representantes del personal introducidos por el decreto de reforma que promovió Enrique Fuentes Quintana, estará integrado por 23 personas: una por cada autonomía y otras seis a repartir entre las comunidades donde las cajas de ahorro tienen mayor peso: Cataluña, Andalucía, País Vasco, País Valenciano, Madrid y Castilla y León. No obstante, admiten la posibilidad de que Cataluña conserve sus tres puestos actuales, aunque por una vía distinta a la actual: serán designados por el consejo, no por la asamblea, que enviaba al presidente y a los tres vicepresidentes.
Para la asamblea de la CECA, el proyecto concreta igualmente los sistemas destinados a cumplir que el número de votos de cada caja estará en función del volumen de sus recursos ajenos. La menores tendrán dos votos, y las mayores hasta 15 cada una.
Tanto al desarrollar las previsiones legales en estos aspectos como en lo relativo a las funciones de la CECA, fuentes allegadas a los redactores de los estatutos han transmitido la impresión de que apenas han tenido capacidad reglamentaria. Se quejaron de que la ley les dejó poco margen de actuación, porque "en este caso puede decirse que quien hizo la ley ha hecho el reglamento".
