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Los compradores intentan el cambio de orientación

La contratación de pagarés del Tesoro con pacto de recompra a una semana se ha desplomado desde los niveles superiores a los 20.000 millones de pesetas nominales, mantenidos durante nueve jornadas, hasta los poco más de 8.000 que se negociaron ayer Aquéllos que hasta ahora habían visto en la contratación de pagarés un refugio del dinero que se echaba en falta en la renta variable, pueden sacar todo tipo de conclusiones que, además, coinciden con una leve recuperación de las cotizaciones. Los avances que obtuvieron ayer los cuatro mercados de valores no están, sin embargo, apoyados por una entrada importante de dinero, aunque una de las primeras reacciones que se registraron ante el ambiente más positivo fue una retirada generalizada del papel. Los intentos compradores de los que intuyeron un posible cambio de tendencia tras los primeros corros, se vieron frustrados en la mayoría de las ocasiones ante este cambio de postura de los vendedores.Por el momento, más que un imparable frenesí comprador, ha sido ésta la nota más característica de esta sesión, si bien a medida que se reafirmaba la negativa vendedora la presión del dinero era más ostensible. Los valores eléctricos intentaron desde el primer momento una sensible mejora de los precios, aunque la experiencia más reciente actuó en contra de esta trayectoria. El cansancio, y tal vez el temor, impidió que los cierres fuesen tan positivos como los primeros cambios registrados, habiendo de conformarse estos valores con avances de uno o dos enteros, en el casos de los de primera fila.

El resto de la sesión fue discurriendo dentro de un ambiente en el que el miedo iba desapareciendo poco a poco, pero con muchos intentos compradores chocando con cierta alarma que sonaba entre los poseedores de títulos. Los sectores industriales registraron algunos avances importantes, con lo que se confirma la opinión de los que piensan que el ambiente que se consiga generar en los primeros corros tiene una notable incidencia sobre el desarrollo de la sesión. Asimismo, el sector de comunicaciones, considerado en ocasiones como el receptor de la mejor o peor disposición del mercado por contratar casi en último lugar, confirmó el cambio que se había conseguido inducir a base de tomar posiciones muy discretamente desde el viernes anterior. Telefónica subió casi cinco enteros, si bien no consiguió sustraerse al mismo tipo de sensaciones que afectaron a los valores eléctricos.

El grupo bancario, más lento en reaccionar, mantuvo el mismo nivel de contratación al tiempo que reducía en una cuarta parte el volumen del papel puesto a la venta. Poco más de 300.000 títulos quedaron sin contrapartida compradora, aunque fueron ya cuatro los componentes del grupo de los grandes que registraron saldos positivos. Los avances mostraron la cautela con que se ha acogido este posible cambio de tendencia, ya que oscilaron entre uno y ocho enteros, aunque también los retrocesos fueron menores.

En otro orden de cosas, Ebro repartió un dividendo a cuenta del ejercicio 85/86 de 30 pesetas liquidas, que las acciones recuperaron íntegro, además de mejorar su cotización en otros dos enteros.

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