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RELIGIÓN

El Vaticano continúa siendo el centro de la Inquisición, según el historiador Antonio Márquez

"Roma, o más exactamente el Vaticano, ha sido y continúa siendo el centro de la Inquisición". Esta es la tesis que mantiene el historiador español y especialista en la Inquisición Antonio Márquez, y que tratará de defénder en el encuentro internacional sobre Inquisición y derecho que se celebrará en Madrid, Segovia y Palma de Mallorca los días 30 y 31 de este mes y 1 de junio. Ayer Márquez presentó en Madrid un número monográfico que él mismo ha dirigido de la revista Arbor, dedicado a Ciencia e inquisición en España.

Antonio Márquez está convencido de que existe una Inquisición formal posconciliar encarnada en la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio), y que la actividad de este organismo se ha recrudecido en el último año con los procesos a diversos teólogos, especialmente a los de la teología de la liberación. "Voy a demostrar con argumentos históricos y jurídicos que existe el Santo Oficio en Roma, y que se ha mostrado especialmente activo en los últimos 10 años".El historiador andaluz, nacido en Arriate (Málaga) en 1923, sostiene que el inquisidor mayor es en estos momentos el cardenal Joseph Ratzinger, actual prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. "Ratzinger es el jefe de la doctrina católica y brazo ejecutor de Juan Pablo II", dice Márquez. "Y lo peor es que Ratzinger es un teólogo mediocre, según dicen quienes le conocen y han analizado su obra, y pretende suplantar con el ejercicio de la autoridad su falta de preparación".

El profesor Antonio Márquez, afincado durante muchos años en Estados Unidos y autor de varios libros, entre los que destaca Los alumbrados, afirma que pretende destruir la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe "no con chismes o sacando los trapos sucios, sino con los medios rigurosos que le son permitidos a un científico". "Si la teología es una ciencia -enunciado que el Vaticano no se cansa de repetir-, no puede entrar la autoridad en ella, y debe respetarse siempre la libertad de investigación aunque el investigador sea un teólogo".

Teólogos perseguidos

Entre los recientes casos más claros de persecución por la "residual Inquisición vaticana" figuran, en opinión de Antonio Márquez, los de los teólogos Hans Küng y Edward Schilebeeckx y, más recientemente, los representantes de la teología de la liberación (Leonardo Boff, Gustavo Gutiérrez ... ) . "Los teólogos de la liberación han pedido al Papa que escriba una encíclica que condene esta teología, pero Karol Wojtyla no ha querido mojarse y ha mandado por delante a Ratzinger. La teología de la liberación tiene una base muy sólida. Estos teólogos están muy bien formados, y lo que hacen es traducir a Marx al cristianismo, como hizo en otro tiempo Santo Tomás con Aristóteles".Una de las señales que han servido a Márquez. para calificar de inquisitorial la actuación del ex Santo Oficio es que "en el proceso a los teólogos, el Vaticano no ha seguido las normas más elementales del derecho". "En primer lugar, la denuncia a los teólogos ha sido secreta, aunque no anónima. En segundo lugar, los denunciados no han tenido acceso al sumario contra ellos; lo han pedido y no se lo han dado. En tercer lugar, el defensor ha sido nombrado de oficio, y no ha podido defenderse directamente el acusado. En cuarto lugar, no ha sido un coloquio de igual a igual, de teólogo a teólogo, sino un juicio de un organismo superior contra una persona inferior. En quinto lugar, se han derivado perjuicios para los encausados, como, por ejemplo, la pérdida de la cátedra para Küng o el silencio para Boff".

El historiador español ha tenido dificultades de acceso a las fuentes para analizar la Inquisición romana. "Además de las magníficas fuentes públicas que existen en Estados Unidos he tenido que acudir a compañeros de Ratzinger y a otras personas que conocen bien la situación vaticana. Los investigadores no tienen acceso a los archivos de la Inquisición romana, que están considerados como supersecretos dentro de los ya archivos secretos vaticanos".

"Creo que el único historiador que ha podido consultarlos", añade Márquez, "es el español Ignacio Tellechea, que tiene un permiso especial para ello expedido personalmente por Juan XXIII. Tellechea quería investigar el proceso contra Bartolomé de Carranza y descubrió que: los documentos originales se encuentran en el Vaticano, mientras que los que existen en España son copias. Esto refuerza la tesis de que el auténtico cenitro de la Inquisición ha estado siempre en Roma". En el encuentro Inquisición y derecho, en el que Antonio Márquez presentará el análisis de todos estos datos, participan algunos de los más prestigiosos especialistas en la Inquisición, entre los que pueden citarse al propio Tellechea.

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