El Reino Unido expulsa a tres diplomáticos sirios presuntamente relacionados con un atentado fallido
El Gobierno británico decidió ayer la expulsión fulminante de tres diplomáticos sirios acreditados en el Reino Unido como consecuencia de la negativa de la Embajada de Siria en Londres a retirarles la inmunidad diplomáticá para que pudieran ser interrogados por la policía. Scotland Yard llevaba tratando de interrogar a los tres sirios desde la detención, el pasado mes, de un palestino jordano, Nezar Hindawi, acusado oficialmente de intento de asesinato. Según la policía británica, Hindawi, de 31 años, que al parecer utilizaba un pasaporte sirio, colocó una bomba de relojería en una bolsa de viaje que entregó a su novia irlandesa, Ann Murphy, antes de que ésta subiera a un avión de la compañía israelí El Al con destino a Tel Aviv.
La mujer irlandesa, que deseonocía totalmente los planes de su novio, está embarazada de cerca de siete meses de Hindawi, y en la actualidad se encuentra en un lugar secreto bajo la protección de Scotland Yard.La bomba, que logró pasar los controles de seguridad normales del aeropuerto de Heathrow, fue descubierta en el minucioso registro que la compañía israelí realiza a todos los equipajes de mano y pasajeros antes de que éstos suban al avión. Caso de haber hecho explosión en vuelb, la totalidad de los 400 pasajeros y tripulación del jumbo 747 de El Al en el vuelo Nueva York-Tel Aviv con escala en Londres hubiera muerto, y los restos del gigaritesco aparato habrían caído sobre zonas densamente habitadas de la capital británica.
Ann Murph, camarera en el hotel Hilton de Park Lane, una de las zonas más caras de Londres, conoció a Hindawi hace vaJ rios meses, cuando el palestino trabajaba como meritorio en la redacción de Al Arab, un periódico en lengua árabe editado en Londres. Se hicieron novios tras varias salidas, sin que la familia de Ann, católicos irlandeses residentes en la República de Irlanda, tuvieran conocimiento del noviazgo. Aparentemente, Hindawi convenció a su novia para trasladarse a Israel, donde le prometió que se casarían.
Siempre según la versión de la policía británica, Hindawi entregó a su novia la bolsa de viaje que contenía una bomba de plástico con mecanismo de relojería cuando la dejó cerca de la zona de embarque de la compañía aérea israelí. La excusa para no viajar con ella fue que, al ser árabe, prefería utilizar otra compañía para trasladarse a Israel, pero que se encontrarían en Tel Aviv varias horas después de su llegada.
A pesar de que el aeropuerto de Heathrow fue puesto en estado de alerta roja, la máxima de las alertas de seguridad, tras el hallazgo de los explosivos en el equipaje de mano de la incauta irlandesa, Hindawi no pudo ser encontrado por la policía. Tres días después era detenido en un hotel del distrito londinense de Notting Hill Gate, después de que el dueño del hotel y su hermano le convencieran de que no tenía otra alternativa que entregarse a Scotland Yard. En el momento de su detención se le ocupó un pasaporte sirio a nombre de Isam Sharah.
El Foreign Office (Ministerio de Asuntos Exteriores), que informó ayer que las autoridades británicas han dado a los tres diplomáticos sirios -identificados como Zaki Oud, Ahmed Abdul Latif y Munir Muna- un plazo de siete días para abandonar el país, había pedido al Gobierno de Damasco que accediera a levantar la inmunidad diplomática a los tres miembros citados de su Embajada en Londres. Previamente, se celebraron dos entrevistas personales en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores británico con el embajador, doctor Lutuf Al-Haydar.
Las autoridades británicas pretendían que miembros de la Special Branch o Brigada Especial de Scodand Yard pudieran interrogar a los funcionarios sirios, por si jodían aportar alguna luz a la investigación sobre la bomba del avión de El Al. La Embajada siria se negó a acceder a la petición británica e hizo público un comunicado en el que "negaba categóricamente cualquier conocimiento o participación en pretendidas actividades terroristas en territorio británico y, en particular, en el incidente registrado en el aeropuerto de Heathrow el 17 de abril de 1981
Pero, al mismo tiempo, la embajada árabe hizo saber al Foreign. Office que funcionarios de Scotland Yard podían interrogar a sus diplomáticos en la sede de la representación diplomática siría. Scotland Yard rechazó el ofrecimiento ya que dichos testimonios no podrían ser utilizados ante un tribunal británico y carecían, por tanto, de fuerza legal. "Ofrecimos nuestra colaboración a las autoridades británicas", anunció un comunicado sirio, "en primer lugar porque no tenemos nada que ocultar y, en segundo, porque deseamos mantener relaciones amistosas con Gran Bretaña". La negativa final siria provocó ayer orden de expulsión de los tres diplomáticos.
En una intervención en la Cá.mara de los Comunes al día siguiente de su regreso de la cumbre de Tokio en compañía de la. primera ministra, Margaret Thatcher, el secretario del Foreign Office, sir Geoffrey Howe, dio una cauta interpretación al comunicado de los siete líderes, sobre el terrorismo. Interrogado por el portavoz liberal de política. exterior, Alan Beith, sobre si era partidario de bombardear Siria en el caso de que se probase que el territorio sirio se ha convertido en un refugio para terroristas. Howe contestó que las medidas acordadas en Tokio sólo serían aplicadas "si existía una prueba total de una participación estatal en el terrorismo, digna de merecer la respuesta sugerida".
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