Hernández Gil: "No he sentido miedo"
Antonio Hernández Gil, de 70 años de edad, presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), recibió ayer a la Prensa, rodeado por su extensa familia, en su chalé de la urbanización La Florida, en las afueras de Madrid, a las pocas horas de producirse el atentado frustrado de que fue objeto. Aparentemente relajado e impecable en su traje azul marino, el que fue presidente de las Cortes y presidente del Consejo de Estado mostró su satisfacción por haber salido ileso de un atentado y afirmó: "No me ha hecho sentir miedo". El presidente del CGPJ resumió en una frase sus sentimientos tras el atentado: "Deseos de vivir".
Hernández Gil se mostró sereno y satisfecho por haber salido ileso del atentado frustrado, que, en su opinión, se inscribe en la ofensiva actual del terrorismo. A las preguntas sobre si este grave incidente modificará sus hábitos laborales o sociales, el presidente del CGPJ insistió en que nada va a cambiar en su vida: "Sólo acataré las medidas de seguridad que se adopten, si es que se adoptan nuevas medidas". Por lo demás, Hernández Gil declaró no haber recibido jamás llamadas amenazadoras ni ninguna clase de anónimo contra su persona. "La verdad es que nunca había contemplado la hipótesis de un atentado, a pesar de que mucha gente me lo ha comentado", señaló el máximo representante de la judicatura española.Coche sin blindaje
De hecho, el actual presidente del CGPJ tiene asignada una escolta de la Policía, si bien recalcó que su coche oficial "no está blindado". "Nunca me habían aconsejado que utilizara un coche blindado". Y precisó: "El automóvil que tengo es el mismo que utilizaba el anterior presidente del Consejo General del Poder Judicial [Federico Carlos Sainz de Robles]".
Hernández Gil reconoció ayer no haberse percatado de lo que sucedía hasta que fuerte explosión lateral sacudió el vehículo que ocupaba, un Opel Senator. "El maletero del coche ha quedado destrozado. Desde luego, si llego a estar un poco más atrás no habría podido contarlo"', comentó con media sonrisa.
Poco después del atentado, Hernández Gil fue conducido por su escolta al edificio del CGPJ, desde allí telefoneó inmediatamente a su esposa". Sobre todo para tranquilizarla sobre mi estado de salud, porque me consta que en un primer momento se difundió la noticia de que yo estaba en La Paz".
El presidente del CGPJ regresó más tarde a su casa, donde recibió multitud de visitas y llamadas interesándose por su salud. El presidente del Gobierno, magistrados y amigos de Hernández Gil bloquearon prácticamente el teléfono de su residencia, con la que también tomó contacto el palacio de la Zarzuela. "Sí, me ha llamado el general Sabino Fernández Campos, porque iba a hablar con los Reyes, que se encuentran de viaje en Jordania, y quería darles una noticia exacta de lo ocurrido", puntualizó Hernández Gil. La excitación en la residencia de los Hernández Gil en La Florida se fue calmando poco a poco, e incluso su esposa, Amalia Álvarez Cienfuegos, no ocultaba, mediada la tarde, su satisfacción por el feliz desenlace del suceso. "Lo. reconozco, estoy casi feliz por la suerte que ha tenido Antonio", dijo. Los dos hijos del presidente del Consejo del Poder Judicial, Guadalupe y Antonio, sonreían también para los fotógrafos en el salón de la casa, rebosante de familiares
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