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La nueva Administración francesa acaba con la polémica sobre la reforma del Palais Royal

Soledad Gallego-Díaz

El nuevo ministro francés de Cultura, François Leotard, ha dado la orden de proseguir y acabar los trabajos de reforma del patio principal del Palais Royal, en París, encargado por su antecesor, Jack Lang, al artista Daniel Buren. Acaba así una de las polémicas más importantes que agitaba el mundo artístico francés desde hace varios meses.

"Yo no hubiera encargado a Buren, un artista por el que siento respeto, la reforma de ese edificio histórico; pero, una vez que la obra ya está contratada y en marcha, creo que mi obligación como ministro es respetar el derecho del artista a ver su obra acabada. Todo ministro de Cultura debe proteger el trabajo de los artistas", explicó Leotard. El proyecto de Buren (colocar 260 columnas de granito blanco y negro, de diferente altura, en un patio clásico de gran belleza) provocó una tempestad en París. Jack Lang decidió poner en marcha las obras, en octubre de 1985, pese a la opinión desfavorable de la Comisión Superior de Monumentos Históricos.La Sociedad para la Protección del Patrimonio y los vecinos del Palais Royal calificaron la obra de Buren de "vandalismo" e interpusieron una demanda por defectos de forma. Un tribunal parisiense ordenó la suspensión de los trabajos hasta que se solucionaran los trámites legales. Lang recurrió al Consejo de Estado, que falló en su contra.

La llegada al ministerio del liberal François Leotard dio nuevos ánimos a los Amigos del Palais Royal. Leotard pidió tiempo para examinar el expediente: "Yo no he venido para destruir lo que está en marcha, pero es cierto que en este caso concreto hay argumentos para reexaminar el proyecto", explicó. Buren, por su parte, encargó a un conocido abogado la defensa de sus derechos y la presentación de una querella contra el Ministerio de Cultura. Los asesores de François Leotard han decidido que la suspensión completa de los trabajos costaría más dinero que su terminación (se calcula que las obras costarán 20 millones de pesetas) y, sobre todo, que Buren está protegido por la legislación vigente.

El artista señaló que se han respetado sus derechos morales y que "los críticos están calificando de nulo, violento y vulgar un trabajo que aún no está terminado. Es algo irracional. Mi proyecto está de acuerdo con los tres siglos de arquitectura que se superponen en el Palais Royal".

La opinión mayoritaria de los pansienses es muy negativa con respecto a este proyecto. Todas las encuestas realizadas hasta el momento indican que los habitantes del barrio encuentran las columnas de Buren, monótonas y fastidiosas. "No hay quien se mueva en el patio sin terminar mareado con tanta raya", asegura el presidente de la asociación de amigos del palacio.

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