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Incidencias y plan de emergencia

El plan de emergencia nuclear de la central de Almaraz (PENCA) carece de infraestructura, como reconoció el 19 de junio de 1985 ante el Congreso el director general de Protección Civil, Antonio Figueruelo Almazán. Serían necesarios 6.900 millones de pesetas de inversión y otros 288 millones más para garantizar el mantenimiento de ese plan.

Los que han tenido acceso al plan critican que, en caso de emergencia, la evacuación de la población está prevista hacia un solo punto: Navalmoral de la Mata. El centro de recepción de los posibles contaminados, en Navalmoral, está aún sin terminar, pero su ubicación cae dentro de la zona de impacto de la contaminación, ya que dista sólo 15 kilómetros en línea recta de la central. En el plan se contemplan vías de evacuación que no permiten el paso simultáneo de dos vehículos y, sin embargo, según estas fuentes, no está prevista la carretera que va de Navalmoral a Plasencia. El consejero de Obras públicas de la Junta de Extremadura, Juan Serna, manifestó ayer que los vehículos de evacuación, "unos Seat Panda proporcionados a los ayuntamientos de la zona están siendo utilizados para fines particulares".

Más información
La central nuclear de Almaraz ha estado funcionando con fallos y sin cumplir todas las medidas de seguridad

La central nuclear de Almaraz ha sido objeto de constante controversia ante los fallos que se han sucedido. El 26 de febrero de 1984 un equipo de técnicos norteamericanos, contratado por la Junta de Extremadura, detectó una contaminación de ácido sulfúrico en el circuito secundario de refrigeración.

Incluso el 19 de enero de 1984 la multinacional Westinghouse, la empresa que porporcionó la tecnología de la central, había recomendado la parada inmediata del grupo II para corregir una fuga del condensádor. La parada no se realizó hasta marzo, y eso, con motivo de efectuar la recarga de combustible. La empresa manifestó ayer que esa decisión contó con el acuerdo del Consejo de Seguridad Nuclear.

La empresa había realizado pruebas al 75% de potencia con esta unidad II, sin el permiso previo del Consejo, lo que le costó una sanción de cuatro millones de pesetas. En mayo de 1985 fallaron las válvulas de seguridad de los generadores de vapor de la unidad l, y el expediente consiguiente se resolvió con una multa de siete millones. Posteriormente hubo un fallo en las válvulas de drenaje y, el 7 de junio de 1985, se detectó una fuga radiactiva del circuito primario al secundario de un litro de agua por día, un índice no peligroso.

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