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Carrozas, militares de la época y coronas a los héroes recordaron el Dos de Mayo de 1808

Varios miles de personas coincidieron ayer en las calles madrileñas para festejar el Día de la Comunidad. En un día que empezó caluroso y acabó refrescado por el aire de la sierra, la gente pudo contemplar desde un desfile de carrozas a modo de historia itinerante de Madrid hasta un concierto al aire libre con el sello de la movida, pasando por una retreta militar en recuerdo del Dos de Mayo. "Hoy se celebra la fiesta de la libertad y de la alegría, dijo el presidente del Gobierno regional, Joaquín Leguina, en un entusiasta discurso durante el acto cívico-militar que se celebró en el barrio de Malasaña ante la estatua de Daoíz y Velarde.

El cementerio situado detrás de la ermita de San Antonio de la Florida guarda los restos de 43 vecinos de Madrid, héroes anónimos de los sucesos del Dios de Mayo de 1808. Allí comenzó, a primeras horas de la mañana, el apretado programa de actos que se sucedieron hasta bien entrada la noche.Los platos fuertes de la jornada festiva tuvieron como escenarios la plaza del Dios de Mayo y el patio de Armerías del palacio Real. Desde las diez de la mañana, centenares de vecinos se agolpaban en la plaza que adoptó el nombre de aquella histórica fecha, expectantes por ver desfilar los retazos coloristas e itinerantes de la historia de su ciudad. La mañana invitaba a salir de casa. y los madrileños que renunciaron al siempre apetecible éxodo de este largo fin de semana se dieron cita espontáneamente en las calles de la ciudad para ver el singular desfile.

Pero el rigor del protocolo exigía una, espera bajo un fuerte sol que quitó la razón a quienes creían que se había extraviado la primavera. Un silencio momentáneo acompañó las palabras de Joaquín Leguina, que se dirigió a los congregados con las palabras siguientes: "Madrileños, desde la libertad, desde esta plaza, viva el Dos de Mayo". La colocación de una corona a los pies de la estatua de Daoiz y Velarde y el toque triste y monocorde en homenaje a los caídos contrastaba con el desenfado del desfile de carrozas, que partió de la cercana glorieta de Bilbao al filo del mediodía.

En la cabalgata multicolor, que enfiló hacia la plaza de Cibeles, se daban cita desde Felipe II hasta diez ejemplares del entrañable Seat seiscientos. Los miles de espectadores que se concentraron a lo largo del recorrido aplaudieron las réplicas del monumento al Dos de Mayo, la Cibeles, el primer tranvía de mulas y el Tren de la Fresa, al tiempo que piropeaban a majas y chulapas. También hubo sitio para la movida, todo un hito en la más reciente historia de Madrid, que contó con su propia carroza.

La noche se hacía de rogar y la retreta militar que anualmente recuerda a los héroes del Dos de Mayo comenzó con veinte minutos de retraso sobre lo previsto. Dos hileras de madrileños, a ambos lados de la calzada, trazaban el recorrido del desfile, desde el patio de la Armería hasta la plazo Mayor.

Una sucesión interminable de trajes y armas con claro sabor dieciochesco invadió las calles del Madrid de los Austrias durante cerca de dos horas. Batidores, flanqueadores, fusileros, gastadores y granaderos formaban parte de esa especie de procesión profana que desfilaba al ritmo de más de un centenar de tambores.

El desfile colorista, sin embargo, supo a poco. "¿Pero ya se ha acabado?", era el comentario generalizado de gente que llevaba más de media hora soportando el frío de la noche recién caída y que en apenas cinco minutos había contemplado todo el desfile.

A poco más de un kilómetro, la castigada hierba del paseo de Camoens se convertía en ese hervidero de sangre joven que no puede faltar en las fiestas. Ciudad Jardín, PVP, Loquillo y Los Trogloditas, Mark Almond y el británico King amenizaron una larga noche salpicada por constantes tragos de cerveza.

Una recepción en la sede del Canal de Isabel II y la entrega de las Medallas Madrid 1986 a la escritora Maria Zambrano y a los presidentes de las comunidades autónomas de Castilla y León, Demetrio Madrid, y Castilla-La Mancha, José Bono, fueron algunos de los actos oficiales de la festividad de ayer.

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