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Detenidos en Madrid los dos presuntos autores de la muerte de un joyero de Tordesillas el año pasado

Amelia Castilla

Los dos presuntos autores de la muerte del joyero Fernando Recio de la Cruz, de 26 años -que falleció en el curso de un atraco en la localidad vallisoletana de Tordesillas en diciembre del pasado año-, pasaron ayer a disposición judicial, según informó la Jefatura Superior de Policía. Los detenidos son Mariano Otero González, gaditano, de 24 años, supuesto autor material del disparo que acabó con la vida del joyero, y Cristóbal Blanco Zafra, madrileño, de 27. Los acusados viajaban hacia Madrid y se quedaron sin gasolina y sin dinero en Tordesillas.

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En la mañana del día 18 de diciembre del pasado año, el joyero Fernando Recio y su padre se encontraban en la joyería de su propiedad cuando dos hombres armados con una pistola entraron en el establecimiento y les obligaron a arrojarse al suelo en la trastienda del local. Mientras uno apuntaba a los comerciantes, el otro comenzó a recoger las joyas expuestas. En ese momento entró en el establecimiento la mujer del fallecido, que mantuvo un forcejeo con uno, de los atracadores. La víctima trató de ayudar a su esposa y recibió un disparo en la cabeza que le causó la muerte.Nada más producirse el homicidio los dos asaltantes huyeron por separado, perseguidos por varias personas. Mariano Otero se apoderó de una furgoneta a punta de pistola y obligó a su conductor a que lo trasladara a Madrid.

Regreso en autoestop

En las afueras de Tordesillas, en la carretera nacional VI, el conductor de la furgoneta fue obligado a parar para recoger a Cristóbal Blanco, que en ese momento hacía autoestop. Llegaron al mediodía y en la vía de circunvalación a Madrid (M-30) liberaron al conductor de la furgoneta, que había realizado el viaje bajo la amenaza de una pistola. Durante el trayecto, los dos detenidos comentaron entre ellos el suceso que acababan de protagonizar en Tordesillas. Antes de despedirse del chófer le arrebataron las 5.000 pesetas que llevaba.

La policía encontró la primera pista sobre los detenidos gracias a un automóvil, marca Renault 5, que ambos habían abandonado en la localidad vallisoletana citada. El vehículo, propiedad de la esposa de Mariano Otero, se encontraba perfectamente aparcado. Pese a estar identificado, la detención de Otero no pudo llevarse a cabo por encontrarse ausente de su domicilio, situado en la localidad madrileña de Fuenlabrada, y encontrarse en paradero desconocido.

Posteriormente se obtuvo también la identidad del segundo implicado en el atraco. Blanco, domiciliado en la localidad de Getafe, no pudo ser arrestado entonces por encontrarse también huido. El 11 de abril fue detenido cuando entraba en un bar en compañía de un hombre, cuyo nombre corresponde a las iniciales F. G. L., que también fue arrestado como encubridor, según la versión policial.

Otero fue localizado posteriormente por la policía en un piso de la calle de Cerdeñosa, en el barrio de Entrevías. El pasado martes, alrededor de las 22.50, cuando se bajaba de un autobús, fue detenido. Antes de ser arrestado ofreció resistencia y lesionó a tres agentes. Horas después se detenía también a F. V. J., acusado de un supuesto delito de encubrimiento. En el domicilio de este último, situado en la calle de Magallanes, permaneció escondido Otero durante dos meses, según la policía.

Se quedaron sin gasolina

Tres días antes de asaltar lajoyería Recio, Otero y Blanco safleron de Madrid en dirección a La Coruña, donde tenían previsto llevar a cabo un robo con intimidación, que después no realizaron. A la vuelta del viaje a Galicia se quedaron sin dinero y sin gasolina a su paso por Tordesillas, motivo por el que decidieron dar un atraco. La joyería Recio les pareció el lugar adecuado y ambos entraron en el establecimiento comercial.

Cuando regresaron a Madrid, Otero arrojó la pistola -que había sido sustraída del interior de un turismo- al río Manzanares, a la altura del estadio Vicente Calderón. El arma no ha podido ser localizada a pesar del rastreo que realizaron los bomberos.

Del botín conseguido en la joyería, valorado en más de 500.000 pesetas, han sido recuperados dos relojes. Los detenidos aseguraron en comisaría que el resto de las joyas fueron vendidas por 100.000 pesetas a un traficante de drogas.

Los dos presuntos autores del robo han sido reconocidos por la esposa del joyero. En ningún momento, según se desprende de sus declaraciones, tenían intención de dar muerte al industrial. Los detenidos, que están conceptuados por la policía como delincuentes habituales, poseen antecedentes por hurto, atracos y tenencia ilícita de armas.

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