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La acorazada de picar refuerza sus defensas

La acorazada de picar, fuerza de choque de las cuadrillas para liquidar el primer tercio y el toro, sacaban ayer sus efectivos con las defensas reforzadas. Se ve que su ambición de poder no tiene límite. Los percherones, en vez de un peto llevaban dos petos. Por fuera, el de siempre, que se ve; oculto debajo de este, los manguitos, que eran inmensas calzonas guateadas para cubrir las patas de los caballos.

Aupados en semejante catafalco, está claro que los picadores pueden desarrollar su potencia de fuego a placer. Dejaban que los novillos se medio aturdieran con el topetazo contra el doble peto, donde dejaban metidas sus cabecitas, y elegían sitio para taladrar. Solía ser, de los lomos, la parte de atrás y baja. Se tomaban el tiempo que hiciera falta, tanteando con la punta de la puya el blando, y cuando lo encontraban, allí hundían el hierro, hasta las entrañas.

Guadamilla / G

de Affaro,Camelo, R. Vasques Cinco novillos de La Guadamilla, terciados, con genio. 5º de Camaligera, manso. Gallito de Alfaro: estocada baja (palmas), cuatro pinchazos y estocada corta perpendicular atravesada (silencio). Carmelo: bajonazo (silencio); pinchazo, estocada delantera baja y descabello (ovación y salida al tercio). Rui Bento Vasques: estocada trasera caída (vuelta); pinchazo, estocada delantera atravesada y descabello (silencio). Las Ventas. 27 de abril.

Los novillos llegaron en su mayoría asustadizos, probones e inciertos, y analistas eruditos lo achacarán a sus carencias de bravura. Hombre, no, también usted se quedaría asustadizo, probón e incierto si le metieran un puyazo en los blandos. Los novillos, terciados pero con trapío, cuando se veían supervivientes del primer tercio, ya estaban arrepentidos de haber visitado Madrid y querían irse.

De torear, no querían absolutamente nada y amagaban las embestidas, o las recorrían hasta la mitad, o claramente se iban al bulto. Tampoco es que fueran muy expertos los novilleros para desengañarles, y demostrarles con el señuelo de una muleta, bien presentada, en su terreno, que la vida es hermosa y embestir hurriíllado y por derecho es lo, que permite gozarla.

El tercero sacó mayor nobleza que sus hermanos, y a ese lo lanceó bien de capa el debutante portugués Rui Bento Vasques -Rui Vasques en la orden-, lo banderilleó animoso y desigual, y en los ayudados, coronados con un primoroso cambio de mano, le hizo el toreo bueno que gusta a las aficiones más exigentes. Faena adelante, que resultó demasiado larga, Rui Vasques lució en redondos de largura, y temple, y en los pases de peche, y se repuso con mucha entereza de un derrote que le levantó los pies del suelo.

Al sexto lo recibió a porta gayola, reunió los partes de banderillas y la faena de muleta yano pudo existir, por los parones del novillo. Algo parecido le ocurrió, a Gallito de Alfaro, que ensayaba toreo clásico sin mucha rnadurez de recursos para aplicárselo a ganado tan tundido, y, a Carmelo, que estuvo valiente, sufrió un volteretón, y no logró sacar partido de sus atribulados enemigos. La próxima será mejor, con permiso de la acorazada de picar, cuya ambición de peder no conoce límites, mientras la resistencia de los toros sí lo tiene.

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