_
_
_
_

Túnez, quebrantado

LE MONDEEl ataque norteamericano contra Libia, al igual que cualquier conmoción de un conjunto inestable por naturaleza, tiene consecuencias inmediatas y otras más le'anas y menos visibles. En el aspecto siniestramente espectacular, el anuncio del ahorcamiento de un rehén británico en Líbano, mediante el cual Trípoli "se venga de la señora Thatcher", y la presentación de una película de su ejecución acaban de demostrar que todo es concebible. En cuanto a los efectos internacionales, el caso de Túnez es particularmente digno de interés.Víctima de las maniobras de Gaddafi y, si se tercia, de sus intrusiones, el pequeño y pacífico país del Magreb es lugar para el castigo que Reagan ha creído deber infligir a su temible vecino en una situación casi insostenible (...) Enfrentado a una difícil coyuntura económica, evaluando el vacío y la incertidumbre que dejará un día la desaparición del presidente Burguiba, minado, como tantos otros, por el auge del extremismo islámico, el Túnez prooccidental no tenía apenas razones para ponerse de luto tras el bombardeo de Trípoli y Bengasi.

Después del ataque israelí contra la sede de la OLP cerca de Túnez -condenado esta vez con vigor por el país anfitrión-, algunos hubieran querido organizar grandes manifestaciones, pero el poder, temeroso de posibles excesos, se limitó a un mitin y a la entrega de una protesta en la Embajada norteamericano. Hace una semana, la oposición ha querido reunir, en pleno centro de la capital, a manifestantes cuyo número e indignación inquietabar. a las autoridades, Túnez no pretende enemistarse con Washington y alterar unas relaciones muy amistosas con el riesgo de privarse de un apoyo precioso en tiempos difíciles.

Por haber intentado manifestarse el 17 de abril, Ahmed Mestiri ha sido condenado a cuatro meses de prisión. No puede pretenderse que el dirigente del movimiento de los demócratas socialistas, antiguo ministro de Burguiba, sea un perturbador del orden o un agitador prolibio. Sus partidarios señalan que era natural organizar manifestaciones de masas ante el hecho de que el Gobierno callase ante una operación norteamericana poco apreciada, en la misma Europa, por los fieles aliados de Estados Unidos.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

24 de abríl

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_