Tres protectores

Túnez, Argelia y Mauritania firmaron en marzo de 1985 un "acuerdo de fraternidad y concordia", en réplica al adoptado el año anterior por Libia y Marruecos en Uxda. Durante septiembre y octubre del año pasado, en plena crisis fronteriza entre Túnez y Libia, el presidente argelino visitó en dos ocasiones la capital de Túnez, y el primer ministro de este país, Mohamed Mzali, viajó a Argel. Mzali dijo después de aquellos con tactos que Argelia "no dejaría sola" a Túnez. Gaddafi respondió: "Que se unan y nos ataquen si pueden", y ridiculizó al Gobierno de Túnez al afirmar que la propia esposa del presidente, Wasila Burguiba, le había pedido que atacase al régimen tunecino.Estados Unidos y Francia son los otros dos protectores de Túnez. El Gobierno norteamericano ha enviado a Túnez en los dos últimos años a, su secretario de Defensa, Caspar Weinberger, y a su vicepresidente, George Bush, quien en su visita de marzo de 1986 garantizó el compromiso de Washington con la seguridad de Túnez.

Un portavoz norteamericano en la capital tunecina asegura que, en el caso de un ataque libio, "EE UU haría lo que el Gobierno tunecino pidiera". La misma fuente cree más probable, sin embargo, que Gaddafi opte por fomentar la subversión interna, aprovechando, sobre todo, la crisis que puede provocar la muerte de Burguiba, que tiene oficialmente 83 años. "En Libia existe un centro de instrucción para exportar la revolución a Túnez", afirma.

Francia también acudió en ayuda de su aliado cuando fue preciso. Pese a todas las garantías, la sola mención de Gaddafi crea desconcierto en Túnez y cada vez que el Gobierno arremete contra la oposición hecha mano de la conexión libia.