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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Suboficiales

La Ley 20/1981, de 6 de julio, crea en el Ejército la situación de reserva activa y fija las edades de retiro para el personal militar profesional. La número 51/1984, de 26 de diciembre (BOD número 7, de 9 de enero de 1985), modifica aquélla y en su artículo único dice: "Los capitanes y tenientes de la Guardia Civil en situación de retirados que contaran el 1 de enero de 1981 con edad inferior a los 60 y 58 años, respectivamente, podrán acogerse a la situación de reserva activa que se crea en la presente ley, en igualdad de derechos a los de iguales empleos y edades de las demás armas y cuerpos".Y ahora viene la cuestión: a los suboficiales de la Guardia Civil comprendidos en análogas circunstancias no se les reconocieron hasta el momento los beneficios de acogerse a la situación de reserva activa, siempre y cuando contaran el 1 de enero de 1981 con una edad inerior a los 58 años, por lo que al punto actualmente cunde el descontento y malestar perenne por falta a la lealtad debida en equidad y política social, al sentirse moral y económicamente discriminados, aunque no se exteriorizan por temor a represalias o abandono y por ser grave el estado de inquietud que en el ánimo de los suboficiales parecen producir las últimas ,medidas militares, que contraen una grave responsabilidad de inconstitucionalidad.

Entienden que se vulnera el artículo 14 de la Constitución española, donde no se hacen distingos o discriminaciones, ya que en otro caso, por ser sofisticada, existirían españoles de segunda clase, y entre ellos, dichos suboficiales de la Guardia Civil que se encuentrancomprendidos con idénticos derechos que los mencionados oficiales beneficiados. Por otra parte, teniendo presente el artículo 9.2, corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la igualdad del individuo y de los grupos en que se integran sean reales y efectivos, sin dificultar su plenitud en la vida económica y social.

¿Verán algún día dichas aspiraciones? Ello sería un logro feliz que arrastraría un lastre beneficioso en la balanza de los hechos afortunados. Corroboran en solicitar si algún político tiene la dignidad de acordarse alguna vez de dichos suboficiales discriminados, desterrando el vicio de considerarseles de segunda clase-

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