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CRÍSIS EN EL MEDITERRÁNEO

Un joven muerto y un líder opositor detenido en las protestas contra EE UU en Túnez

Antonio Caño

ENVIADO ESPECIALUn joven de 24 años murió por disparos de la policía el pasado lunes en la universidad de Túnez, durante una protesta por el ataque norteamericano contra Libia. Uno de los principales dirigentes de la oposición, el secretario general del Movimiento de los Demócratas Socialistas (MDS), Ahmed el Mestiri, ha sido condenado a cuatro meses de cárcel por tomar parte en el mismo tipo de manifestaciones.

La muerte del joven estudiante de Ingeniería Othman ben Mahmud se produjo el lunes, según informaron ayer sus compañeros de la universidad, cuando la policía abrió fuego contra él en un enfrentamiento de estudiantes y fuerzas de seguridad en el campus universitario. Según los estudiantes, otra persona resultó herida grave.

Una nota de la Dirección General de la Seguridad Nacional informó que la muerte se produjo accidentalmente cuando la víctima, sospechosa de haber cometido un robo, intentó quitar el revólver a un agente de la policía. La nota no mencionaba ningún herido.

Como consecuencia de este suceso, durante el martes y el miércoles hubo continuos enfrentamientos entre policías y estudiantes, que se han declarado en huelga en la mayor parte de las facultades tunecinas.

El Ministerio de Educación ha decidido cerrar "hasta nueva orden" la facultad de Letras de La Manuba, que el martes fue ocupada por la policía tras enfrentamientos que causaron "importantes daños materiales", según funcionarios del citado centro. Algunos testigos presenciales afirman que los estudiantes arrojaron cócteles molotov contra las fuerzas de seguridad.

Los disturbios en la Universidad, donde el movimiento islámico y los partidos de oposición tienen una fuerte implantación, han sido constantes desde el ataque norteamericano contra la vecina Libia.

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Fuentes independientes explican esta agitación, más que por el apoyo al líder libio Muammar el Gaddafi, que consideran minoritario, por el rechazo a la política pronorteamericana del Gobierno de Habib Burguiba, que no se ha pronunciado todavía oficialmente sobre los sucesos en el Mediterráneo.

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