El nuevo modelo de la letra de cambio, listo para empezar a circular el 1 de julio
La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre ha iniciado la impresión de las primeras letras de cambio realizadas de acuerdo con el nuevo modelo, que serán distribuidas antes del próximo 1 de julio, aunque no resultarán totalmente obligatorias hasta el 31 de octubre. Al aprobar el nuevo formato, en cuya confección dominarán los tonos violeta y gris, el Ministerio de Economía y Hacienda ha dado los primeros pasos para que la banca pueda informatizar estos documentos. Pero también ha reafirmado la voluntad de no perder los cuantiosos ingresos que proporcionan al fisco.
La nueva letra de cambio otorgará mayores espacios que la vigente hasta ahora para la domiciliación bancaria, al tiempo que reserva para la inscripción magnética una banda en el anverso y otra en el reverso. Ambos cambios habían sido solicitados por la banca, que tiene en sus carteras más de tres billones de pesetas en letras de cambio, como paso previo para lograr la inmovilización de la letra y así abaratar costes. Los bancos quieren que la letra permanezca en la oficina que la descuente, de forma que sea tratada y cobrada mediante señales magnéticas.Para despejar cualquier duda al respecto, según fuentes del Ministerio de Economía y Hacienda, la orden que aprueba el nuevo modelo de la letra de cambio -publicada ayer en el Boletín Oficial del Estado- especifica que la emisión de letras de cambio continúa sujeta al pago del correspondiente efecto timbrado, variable en función del importe de la letra y que -junto a otros documentos timbrados- proporciona anualmente al fisco cerca de 60.000 millones de pesetas.
Las modificaciones han, sido aconsejadas, según fuentes de Hacienda, por la ley cambiaria y del cheque. Mientras la banca y el ministerio intentaban ponerse de acuerdo sobre ellas, salieron varias modificaciones en el formato que tenía la letra desde el 31 de julio de 1975. Consisten en añadir algunas palabras al viejo formato para permitir, por ejemplo, el pacto de intereses desde el momento del impago. Pero tales disposiciones expirarán el próximo 31 de octubre.
Vigente desde el pasado 1 de enero, la nueva ley cambiaría otorga una mayor protección jurídica a estos títulos, para acabar con el peloteo de los mismos. Hasta el año pasado, dos de cada diez letras eran impagadas. Al amparo de la misma, además de terminar con el papel mojado, la banca se plantea a mayor plazo la posibilidad de emitir letras en papel continuo y en plantilla única, con la firma impresa y liquidando el timbre en metálico, es decir, sin poner el clásico sello.
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