Peres y Samir superan la crisis que amenazaba al Gobierno israelí

Los laboristas y la coalición conservadora Likud superaron anoche sus diferencias resolviendo así la crisis que amenazaba con provocar la caída del Gobierno de unidad nacional iraelí. Al término de una reunión del Gabinete que duró pocos minutos, las dos formaciones de la coalición gubernamental decidieron que los ministros de Hacienda y de Justicia, Isaac Modai y Moisés Nissim, respectivamente (ambos, liberales, pertenecientes al Likud), intercambien sus carteras hasta que concluya la legislatura, en septiembre de 1988.

De esta forma, el primer ministro, Simón Peres, ha conseguido, como había solicitado desde que estalló el caso Modai que el ministro de Hacienda abandone su cartera por haberle insultado públicamente.Isaac Shamir ha dado por escrito, según había pedido también Peres, garantías de que Isaac Modai no volverá al Ministerio de Hacienda cuando se lleve a cabo la rotación entre los miembros del Gabinete, que debe producirse en el próximo mes de octubre, según el acuerdo al que llegaron los dos bloques parlamentarios cuando se creé, en septiembre de 1984, el Gobierno de unidad nacional.

Peres, a la salida de la reunión del Gabinete, anunció que, con el cambio en el Ministerio de Hacienda, "la política económica será la misma" y que "Israel podrá ahora abordar una fase de revitalización económica".

Modai y el Likud, hasta ahora, se habían opuesto a la reactivación de la maquinaria económica, que sólo ha sufrido una cura brutal de ajuste de precios desde hace algunos meses. Peres desea el fin inmediato de la austeridad y la reactivación de las inversiones en ciertos sectores duramente afectados por la crisis económica.

El nuevo ministro de Hacienda, Moisés Nissim, está considerado como uno de los hombres representativos del ala dura de los liberales israelíes.